El capital se mueve

John Holloway (1995)

 

La relocalización del capital

El capital se mueve. Esta afirmación es tan obvia que parece que no tiene sentido escribirla,
mucho menos dedicarle el título de un capítulo. Sin embargo…
En la interpretación obvia, de sentido común, esta frase es comparable con la que
enuncia que el perro se mueve. El perro puede estar quieto, pero también se levanta y se
mueve. El capital, habitualmente asentado en un lugar, se levanta y se mueve. El capital
británico se transfiere como inversión en el África. El capital japonés sale del Japón y fluye
hacia los Estados Unidos. El capital, como el perro, se entiende como algo en principio fijo
pero capaz de moverse. Es así como la empresa alemana Volkswagen tiene una fábrica
automotriz en Puebla (México), pero sabemos que la puede cerrar e irse a otro lugar. El
capital es capaz de moverse, pero se define en primer lugar en términos de su ligazón: con una
empresa (Volkswagen), con una rama económica (la industria automotriz) y con un lugar
(México, Alemania y otros). Siguiendo el mismo razonamiento, el capital invertido en la
industria textil se conoce como capital textil, el capital invertido en la banca como capital
bancario, el capital que es propiedad de los mexicanos como capital mexicano, el de los
estadounidenses como capital estadounidense. Aunque no se pone en cuestión la capacidad
del capital de moverse, de desligarse de un propietario en particular o de una rama económica
específica, el movimiento del capital se considera como secundario con relación a su
definición inicial en términos de su ligazón o inmovilidad.
En estos ejemplos el capital está tratado como una cosa, algo que puede ser la
propiedad de alguien, que habitualmente está vinculado a un lugar específico, a una empresa,
una rama de actividad económica, que puede ser movido de un lugar a otro, de una empresa o
de una rama económica a otra.
Esto es obvio, pero una vez que tratamos de quitarle al capital su cualidad de ser una
cosa se vuelve algo no tan obvio. ¿Por qué quisiéramos quitarle al capital su cualidad de cosa?
¿Por qué no sería suficiente el análisis elemental del movimiento del capital? Depende de lo
que se quiera entender. Si queremos considerar el desarrollo capitalista tal como lo entienden
los economistas, o cómo el capital domina a la sociedad, entonces probablemente no haya
ninguna razón para cuestionar el carácter de cosa del capital. No obstante, si queremos
comprender no la dominación y la reproducción del capital, sino la vulnerabilidad y la ruptura
del capital, si –en otras palabras–, queremos entender no cómo funciona el capitalismo, sino
cómo puede ser destruido, entonces tenemos que abrir el capital como cosa, romper la ilusión/
realidad de que el capital es, el capital se mueve, el capital domina, de que el capital es algo
que es así y punto. Fue por eso que Karl Marx dedicó gran parte de su vida para demostrar
que el capital no es una cosa, sino una relación social, una relación social que existe en la
forma fetichizada de una cosa.
Si el capital es entendido como una relación social y no como una cosa, entonces, ¿qué
significa decir que el capital se mueve? La respuesta es ahora menos obvia: ¿cómo puede
moverse una relación social? Así, el movimiento del capital solo puede referirse a la
movilidad, o tal vez mejor, al flujo o a la fluidez de las relaciones sociales del capitalismo, de
las relaciones de poder en el capitalismo. (…)

 

El capital se mueve, completo en PDF

 

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