Ibarlucea: Proyecto Plaza «Soberanía Alimentaria»

El loteo, ubicado en el barrio Giusti, de la localidad de Ibarlucea, en la provincia de Santa Fe,  tiene 13 años. Antes fue soja y venenos. Hoy las casas y los niños son el nuevo fruto de esa tierra. Existe en el lugar un espacio verde diseñado para que fuera plaza, pero solo pasto y restos de troncos rotos se esparcen por el lugar. En algún tiempo los troncos fueron juegos: hamacas, tobogán, sube y baja y hasta un mangrullo donde hoy se pueden ver sus pilares resistiendo el paso del abandono comunal.

No quedaban juegos, ni árboles, ni sombras para entibiar el mate, ni plaza, ni ideas para el lugar.

Fue allí donde comenzaron las charlas. Primero dos vecinos, pala en mano plantaron los primeros árboles frutales. La idea fue hacer un espacio independiente y vecinal ya que los distintos gobiernos lo habían abandonado. La acción concreta y decidida de hacer, fueron sumando cuatro, luego diez vecinos que aportaron nuevas ideas, nuevas charlas, nuevas preguntas.

Una plaza con alimentos sanos a la vista y al alcance de todos fue la propuesta consensuada. La plaza tendrá: Monte Frutal, Espacio de Huerta, Plantas medicinales y Aromáticas, Arboleda y Juegos. Devolveríamos a la tierra parte de todo lo que le había quitado el monocultivo y sus venenos.

Un vecino consiguió dos arcos de futbol y pronto se armó una jornada para colocarlos.

Los ojos de los que antes no veían comenzaron a ver, a vernos y pronto estaba la comuna para «colaborar». Fue decisión de la mayoría convocarlos y presentarles el proyecto. Al ver la postura decidida del grupo y avanzado el Monte Frutal, no presentó negativa y se comprometió a ayudar.

Concretamente, lo que hoy existe es un espacio con doce árboles frutales, seis árboles para sombra, una canchita de futbol y muchos proyectos por seguir haciendo: huerta, aromáticas, medicinales, etcétera.

Estamos seguros que todo ello, aunque parezca poco, es por la idea-acción de un grupo de vecinos.

Como hacedores tenemos en contra el tener que vivir y convivir con un mundo que nos saca cada día un poco más de tiempo para sobrevivir. Trabajar nos quita ese tiempo valioso para poder seguir haciendo. Ser constantes es un esfuerzo necesario para no caer en el hueco profundo de la desesperanza.

Una idea-acción es una llama. La tormenta puede apagarlo o avivarlo, dependerá del fuego que hemos podido encender.

 

 

Scroll al inicio