La guerra en Ucrania vista sobre el terreno

 

 

En una entrevista publicada en inglés el 5 de marzo por EAST (Essential Autonomous Struggles Transnational),  la investigadora radicada en Ucrania, Oksana Dutchak, da cuenta de su visión sobre el terreno de la situación en Ucrania en estos días, luego de la invasión por parte de las fuerzas armadas del Estado ruso. Habla sobre la situación actual en constante cambio en Ucrania y da su impresión acerca de los intentos locales de autoorganización para hacer frente a la guerra. Oksana Dutchak es directora adjunta del Centro de Investigación Social y Laboral (Kiev) e investigadora en los campos de temas laborales y desigualdad de género. También es activista de EAST. Realizamos la versión en castellano de la entrevista porque, más allá de convergencias y divergencias con el posicionamiento de Dutchak, su relato «in situ» ayuda a comprender la complejidad de la situación desencadenada por la invasión.

Complementamos la entrevista con versión en castellano del documento «No a la guerra. Por una política transnacional de paz», elaborado colectivamente y publicado en diferentes idiomas por Transnational Social Strike Platform.  

 

La guerra en Ucrania vista sobre el terreno. Entrevista con Oksana Dutchak 

 

¿Cuál es la situación en Ucrania en este momento y cuál ha sido la reacción de la población local ante el estallido de la guerra?

La situación es muy complicada. Durante los primeros días parecía que las fuerzas militares rusas estaban tratando de no atacar a los civiles. Estaban tratando de destruir la infraestructura militar del país suponiendo que el gobierno y la sociedad simplemente se rendirían, pero no funcionó. Me pregunto cuán estúpida fue la inteligencia: su cálculo fue un error total. No funcionó porque el ejército empezó a actuar y la gente sobre el terreno empezó a responder. Da algo de esperanza, pero definitivamente Rusia cambió su táctica dramáticamente.
Ahora están atacando a civiles. Hoy [2 de marzo de 2022] la ciudad de Kharkiv fue fuertemente bombardeada, apuntando específicamente a los distritos residenciales y al centro de la ciudad. No sabemos cómo seguirá a partir de ahora. Este cambio de táctica significa que sienten que cometieron un gran error al principio con su cálculo y esto es muy peligroso para los civiles.
En cuanto a la población civil, muchos izquierdistas occidentales ahora culpan a la OTAN, pero nadie hizo más para que la población local apoye a la OTAN y a la idea de unirse a la OTAN que lo que Rusia está haciendo ahora. Justo en estos momentos hay una encuesta, según la cual un récord del 76% de la población apoya la idea, principalmente debido al aumento vertiginoso de las cifras en las Regiones del Este y del Sur, tradicionalmente opuestas a la OTAN. Poca gente creyó en las advertencias sobre un posible ataque de parte de Rusia. Yo no lo creí hasta último momento. Sin embargo, ahora parece que Rusia estuvo preparando activamente una invasión a gran escala al menos durante algunos meses.
La población se ha vuelto muy antirrusa en este momento. Al tratar de convertir a Ucrania en un país bajo su total influencia, están obteniendo lo contrario, porque la mayoría de la gente ahora está en contra de Rusia. Hay personas que no son radicalmente antirrusos. Pero es difícil cuando ves lo que está sucediendo, el bombardeo en Kharkiv, que es una de las ciudades más grandes de Ucrania y una ciudad predominantemente de habla rusa. El nivel de odio es muy alto. Es explicable. Es difícil en estas circunstancias percibir a Rusia de manera diferente.
La izquierda ucraniana anunció eso por un tiempo, pero por lo general fue en vano y nadie prestó atención. Ahora vemos cómo Rusia trata de restaurar su poder imperial con muy malos resultados para nosotros, para los rusos y para la estabilidad mundial.
Tengo amigos que se quedaron en algunas ciudades atacadas y parientes que no pudieron o no quisieron salir. Muchos de ellos se están preparando para la guerrilla. Eso también fue un gran error de cálculo por parte del gobierno ruso porque, no sé si realmente lo creyeron o no, su mensaje fue: todas las personas nos recibirán con un saludo. En cambio, vemos imágenes de civiles desarmados que detienen los tanques en su camino. Probablemente también sea una de las razones por las que cambiaron de táctica y decidieron lanzar ataques aéreos contra civiles para desmoralizarlos, porque no se puede parar aviones bloqueando la carretera sin armas.
También hay casos en que las personas atacan a los tanques con cócteles molotov, etcétera. Kiev se está preparando para la guerrilla y muchas otras ciudades también lo hacen. Incluso si su cálculo de alguna manera funcionara y pudieran instalar aquí un gobierno títere, el gobierno ocupacional no durará mucho porque se vería una espiral total en escalada, involucrando a la población civil. No todas las personas están haciendo eso, por supuesto, pero es difícil no hacerlo cuando suceden cosas como las que están pasando.

El estallido de una guerra en toda regla en Ucrania ha sido preparado por semanas de retórica de guerra tanto por parte de los Estados Unidos como de Rusia. ¿Cómo se posicionan las organizaciones feministas y de trabajadores en Ucrania en la situación actual?

Hay diferentes reacciones. Mucha gente trata de ofrecerse como voluntaria y organizar algo de apoyo para los civiles. Hay mucha autoorganización clandestina para apoyar la evacuación de personas, para ayudarlas a llegar a un lugar seguro, pero también para dar apoyo a las personas que se quedan en las ciudades, que no pueden o no se quieren marchar, aunque haya falta de medicinas o comida. También algunas iniciativas de base se están preparando para la guerrilla, algunos de manera organizada, pero otros no.
Muchos usan sus conexiones externas con personas en el extranjero para ayudar a quienes cruzan la frontera, porque necesitan un traslado, necesitan un lugar para quedarse en Polonia, en Rumania, en Moldavia. Este tipo de trabajo en red también está desarrollado. Eso es lo que están haciendo anarquistas, feministas y organizaciones de izquierda. Hay mucha autoorganización relacionada con ayudar a los civiles y prepararse para las próximas invasiones en la ciudad.

Estamos viendo personas atrapadas en las fronteras y, a menudo, discriminadas por el color de su piel. ¿Tienes alguna información de eso?

Ese problema existe, aunque no sé cuán sistemático puede ser. Los activistas de derechos humanos tratan de plantear esta cuestión y hablar públicamente al respecto. Y recientemente hubo una reacción oficial del gobierno con una declaración explícita de que no debe haber discriminación y con un formulario en línea separado para estudiantes extranjeros, para ayudarlos en su ruta a través de la frontera.
Veo lo diferente que reacciona Europa. Polonia abrió las fronteras a los refugiados ucranianos; fue uno de los primeros países en hacerlo. Compáralo con su reacción cuando se produjo la crisis fronteriza entre Polonia y Bielorrusia. Lo percibo desde una perspectiva crítica. Esto es racismo, por supuesto. No se trata de que estos países sean demasiado buenos con los ucranianos. Se trata de que sean malos con otras personas. Dice mucho sobre el racismo y sobre cómo se perciben los diferentes países.

¿Tienes alguna noticia de la frontera? ¿Hay personas que conozcas que hayan podido cruzar las fronteras?

Hay enormes, enormes filas de personas, cruzando en automóviles y a pie, la situación es dura. Una amiga mía pasó dos días en la frontera. Ella y sus tres hijos. Por suerte, ya han cruzado al otro lado. El problema es que la cantidad de gente que está tratando de irse es enorme y los voluntarios de ambos lados de la frontera intentan ayudar de alguna manera humanitaria, porque la gente no tiene suficiente ropa y las noches son frías. Tratan de ubicarlos en algún lugar. Del lado polaco, del lado moldavo, intentan organizar traslados para los ucranianos, en su mayoría gratis, y llevarlos a lugares donde quedarse, o llevarlos a ciudades donde tienen familiares.

¿Es posible construir una oposición contra esta guerra sin caer en la alternativa entre la OTAN y Rusia ? ¿Es posible construir una iniciativa transnacional de mujeres, migrantes y trabajadoras que escape de las lógicas nacionalistas y de la perspectiva geopolítica?

Tuve conversaciones con gente de izquierda de otros países y, a veces, me sorprende que tengan miedo de culpar demasiado a la OTAN e intentan poner en cada frase que «también es la OTAN la culpable». Claro, se puede culpar a la OTAN, pero cuando las bombas comienzan a caer del cielo, solo se puede culpar a Rusia por los bombardeos. Desde aquí, en el terreno, la situación se aprecia de manera diferente porque vemos cómo se comporta el gobierno ruso. No están dispuestos a renunciar a sus planes. No es la OTAN quien bombardea las ciudades, solo Rusia invadió Ucrania. No se puede decir: no tomemos partido. No puedes evitar tomar partido, especialmente cuando estás aquí. No tomar partido aquí sería lavarse las manos.
Un amigo me dijo que también es culpa de la OTAN y después de que todo acabe tendremos un país muy nacionalista, xenófobo y demás problemas. Entonces le respondí: Claro, probablemente será así, pero lo pensaré más tarde, cuando no haya bombardeos de ciudades y cuando no haya ejército ruso aquí. Ahora no podemos resolver estos problemas. Podemos hablar de ellos, pero no podemos ignorar al elefante en la habitación.
Algunas personas de izquierda afirman que la salida es negociar y acordar la neutralidad de Ucrania. Es difícil para mí apoyar este punto en este momento. Esta posición es un poco colonial: negar también la soberanía de un país. Depende de las personas en el país decidir lo que quieren hacer y para que ellos puedan decidir, no debe haber guerra. Como he dicho, esta guerra implicó decisiones para muchos ucranianos. La gente dice que siempre hay una opción. Pero la mayoría de los ucranianos no ven la opción ahora.
Suena muy bien decir que Ucrania no debe tomar partido, no debe estar en ningún bloque, debe mantener un estatus neutral. Pero vemos por la historia que un estatus neutral está reservado para los estados fuertes, para los estados ricos, para los estados que pueden defenderse. Ucrania no pudo defenderse del ataque y ahora está tratando de hacerlo, pero no sé cuánto tiempo podamos continuar.
Después de la anexión de Crimea en 2014, hablar de un estado de neutralidad para Ucrania es muy difícil. Ucrania renunció a sus armas nucleares y obtuvo la garantía de seguridad, de que su territorio sería integral, no sería atacado por ningún Estado y esta garantía fue firmada por varios países, como EE.UU., Gran Bretaña y Rusia. Esta garantía de seguridad fue violada en 2014 por Rusia. Después de eso, no creo que sea tan fácil para la sociedad seguir confiando en las garantías. Vimos que no funciona la garantía. Que no hay consecuencias legales ni de ningún tipo. Se puede violar en cualquier momento.
Así que no sé cómo podemos escapar ahora de la alternativa entre Rusia y la OTAN. No tengo una respuesta en este momento.

Probablemente hayas visto las diferentes declaraciones en contra de la invasión de Rusia y en apoyo a la población ucraniana. Un llamado de las feministas rusas a oponerse al régimen y la guerra de Putin. Dicen que esta guerra es la continuación de la guerra cotidiana que se libra contra las mujeres, las personas LGBTQI+ y todos aquellos que no apoyan o se rebelan contra el régimen de Putin. Ha habido varias manifestaciones y movilizaciones contra esta guerra para denunciar las responsabilidades de Putin en diferentes lugares de Europa y fuera de Europa. ¿Qué opinas de estas iniciativas? ¿Qué puede hacer una política transnacional de paz en este momento?

Se debe ejercer mucha presión sobre Rusia. No hay otra salida. Fueron demasiado lejos. Estoy muy agradecida con todas las movilizaciones que están realizándose alrededor del mundo. Tengo alguna esperanza en ellas porque vemos como las movilizaciones presionan a los gobiernos de esos países. También envían ayuda de manera humanitaria, no solo en términos de suministros militares, que también son importantes en este momento. Es difícil mantener la posición antimilitarista estando en un país que fue invadido por otro país.
Estoy muy agradecida a las personas que se movilizan en Rusia. Algunos, que viven allí o en el extranjero, están participando muy activamente en la organización de protestas en Rusia y también en el apoyo a las personas que huyen de Ucrania. En otros países también, movilizando recursos, brindando apoyo de información, apoyo de infraestructura.
En Ucrania se habla mucho de que una de las posibles salidas es una rebelión dentro de Rusia. Desafortunadamente, no creo que suceda, debido a que la sociedad civil y la autoorganización en Rusia y muchos países del estado postsoviético y posiblemente también en Ucrania, son bastante débiles y no se pueden construir de inmediato en una situación como esta. No creo que haya algo en la sociedad rusa que detenga a Putin. Una vez más, aunque suene triste, es más probable una rebelión de élite en Rusia; esto puede cambiar la situación sustancialmente en una perspectiva a corto plazo.

¿Cuáles son los problemas más urgentes que deben enfrentar ahora las mujeres, los trabajadores y los migrantes, la población de Ucrania en su conjunto?

El tema más urgente es el apoyo humanitario. La presión política, incluso aunque no genere un gran cambio, sigue siendo una de las cosas que definitivamente podría hacerse. Desafortunadamente, no en Rusia, porque están tratando de bloquear todos los canales de información para que la gente en Rusia no vea esto. Es un gran problema pero no podemos hacer nada al respecto. A veces tengo la sensación de que hay una especie de muro construido dentro de Europa.
Me gustaría plantear también una cosa de la que empezaron a hablar algunas iniciativas de izquierda. Si miramos hacia el futuro, sea lo que sea, una de las cosas más importantes es renunciar a la deuda externa de Ucrania. Ese es un tema que ahora se discute en algunas iniciativas de izquierda, que el FMI debería renunciar a la deuda externa de Ucrania porque ahora necesitaremos muchos recursos para reconstruir el país. Y existiría la posibilidad de hacer que las políticas socioeconómicas de Ucrania sean más independientes. Esta también es probablemente una demanda que espero (sé que algunas personas ya la están expresando) será más visible pronto.

¿Cómo escapar de la visión geopolítica según la cual solo hay estados con sus propios intereses en juego mientras que en realidad hay personas que sufren las peores consecuencias de las elecciones políticas?

Estoy totalmente de acuerdo en que sería bueno escapar de esta lógica, pero lamentablemente no podemos obligar a las personas en el gobierno a escapar de ella. Ahí es donde se toman las decisiones, especialmente si se trata de estados autocráticos. Es importante, sobre todo si estamos reflexionando sobre la situación, ver cuán diferente puede ser, pero es la lógica que se impone ahora. No puedes escapar de este nivel de análisis porque parece que ese es el nivel de análisis en el que Putin está tomando decisiones. Sus decisiones y las decisiones de las personas que lo rodean son el factor más importante en esta situación ahora. Se puede escapar de esta lógica cuando se tiene una sociedad con un nivel bastante alto de sociedad civil en sentido general, como los sindicatos, pero cuando tienes una sociedad muy jerárquica donde el poder se construye de arriba hacia abajo y las personas casi no tienen influencia en lo que está sucediendo y en qué dirección se mueven y qué decisiones se toman, este nivel de análisis es el único que al menos explica algo. No me siento cómoda pensando en estos términos, pero no sé en qué términos pensar ahora. Algunas personas son optimistas respecto a cómo los ucranianos se autoorganizan, cómo están haciendo tanto en los últimos días y construyendo algunas redes de apoyo solidario. Es muy importante, pero también entiendo que todo esto se puede destruir porque te enfrentas con un país que ya no trata de persuadir. Alguien dice que a diferencia de las hegemonías occidentales, el estado ruso no busca construir un poder blando. No sé si lo intentaron, pero en este punto es obvio que simplemente no les importa una mierda y solo confían en la fuerza bruta de manera muy explícita.

Además del apoyo en diferentes formas humanitarias o diferentes formas concretas de practicar la solidaridad en todo el mundo con los refugiados y el envío de alimentos, medicinas y otras cosas, especialmente para los refugiados, pero no solo: ¿Cómo ves el papel de los movimientos transnacionales por la paz o contra esta guerra? ¿Qué podemos hacer desde un punto de vista feminista, antiexplotación, antirracista, aparte de las iniciativas concretas? ¿Qué podemos hacer para hacer crecer una movilización que pueda revertir esta situación?

Ahora es un momento muy duro para el movimiento internacional de base, o autoorganizado, que trata de construir la paz porque de repente parece que el mundo ha cambiado, aunque no para todos pero sí para muchas personas. Algunos de nosotros, en la izquierda, estamos demasiado acostumbrados a vivir en un mundo bipolar y ahora no es así. El mejor escenario es que el movimiento necesitará algo de tiempo para repensar el marco conceptual de cómo estamos pensando el mundo, cómo estamos pensando las amenazas que existen, cómo las amenazas están cambiando, se están desarrollando y la configuración de la realidad ya es diferente. Sin hacerlo, no habrá avances en este momento. Si la lección del momento actual se entiende correctamente y si el movimiento escucha a la gente en el terreno, el movimiento repensará este mundo y las amenazas a la paz que tenemos aquí. Si no se toma en cuenta esta lección, entonces, lamentablemente, la parte de este movimiento que no la tome en cuenta, su retórica, acciones y movilizaciones, no contribuirá de manera significativa a la tarea que quiere lograr.

Transnational Social Strike Platform elaboró una declaración contra la guerra que fue firmada por muchas organizaciones en Europa y de otros continentes. La perspectiva es formar una voz transnacional común. ¿Crees que este tipo de intentos van en la dirección correcta?

Este tipo de intentos ya es parte de ese replanteamiento del que hablaba. Por eso es importante para el movimiento mismo, para la visión de cómo actuar en el futuro más cercano. Pero también existe el peligro de hablar de paz a toda costa. Si decimos que debemos restaurar la paz a toda costa, hay una trampa peligrosa: entonces hagamos lo que Rusia dice y detendrán la guerra para salvar la vida de las personas.
Esta retórica es solo una salida en una perspectiva de muy corto plazo, porque si Rusia se asienta aquí, impondrán su gobierno: conservador, reaccionario, opresivo, como lo es ahora en Rusia, o incluso peor. Por ejemplo, para gente como yo, y para muchas activistas, feministas, de izquierda, LGBT, sindicalistas, para periodistas y opositores significaría represiones. Tengo miedo de que el país se desmorone, con mucha muerte y sufrimiento. No es que Rusia se asentará y dejará de hacer todo lo que ha estado haciendo en los últimos días en Ucrania y durante muchos años en su propio país. Es una trampa muy peligrosa que algunas personas no entienden.

 

La guerra en Ucrania vista sobre el terreno

 

El ataque de Rusia a los territorios ucranianos trae la guerra entre nosotres

Transnational Social Strike Platform

En las últimas semanas hemos sido testigos de la escalada de tensión entre las potencias mundiales ante la mirada atónita de quienes aún luchan por recuperarse de dos años de pandemia. Hemos visto morir a familiares y amigos de Covid y sufrir algo que ha cambiado la vida de todas y todos. Justo cuando esperábamos haber superado el dolor de la pandemia, otra guerra nos recuerda lo urgente que es luchar colectivamente por una política diferente.

El debate público parece obligarnos a tomar partido: o con el imperialismo ruso o con el expansionismo de la OTAN y el dominio de Estados Unidos. Deberíamos ponernos del lado de un nacionalismo o del otro, cuando ambos sistemas promueven por diferentes medios la misma explotación y convierten las fronteras en instrumentos de muerte. No es casualidad que la militarización de las fronteras haya sido principalmente contra los migrantes en busca de una vida mejor. No es casualidad que ninguna de las partes hable de las consecuencias que esto tendrá en la vida de las personas.

En los últimos años hemos asistido a falsas oposiciones, mientras que en los países de Europa del Este y en sus fronteras, facciones pro-UE, pro-OTAN o pro-Rusia han trabajado para llevar a cabo reformas neoliberales. Hemos visto a los que defendían a Rusia atacar las medidas de bienestar y los derechos laborales al mismo tiempo. Hemos visto cómo la UE mantiene a países como Ucrania y Georgia en la sala de espera de la integración, ya que sirve a su agenda neoliberal. Hemos visto a hombres y mujeres creer que la perspectiva de entrar en la UE significaba la posibilidad de una vida mejor. Pero lo que todos estos actores han hecho no es más que promover políticas explotadoras, patriarcales y racistas, mientras que fortalecían sus ejércitos. Ahora también son culpables de este resultado asesino.

Ahora vemos que los países de Europa Central y Oriental se declaran dispuestos a acoger a los refugiados ucranianos “por razones humanitarias”. Después de haber dejado morir de frío a tantos migrantes iraquíes, afganos y sirios en los bosques de la frontera polaco-bielorrusa bajo la mirada cómplice de la Unión Europea, el gobierno polaco, esperando complacer a sus aliados estadounidenses, se compromete ahora a acoger a un millón de refugiados ucranianos. El uso político del derecho de asilo parece no tener fin. Cientos de miles de migrantes ucranianos ya viven en Polonia, donde trabajan por sueldos escasos en almacenes, fábricas y hogares. En lugar de tomar medidas serias para evitar la guerra, el gobierno polaco, así como la UE, están dispuestos a convertir la guerra en otra oportunidad para encontrar mano de obra barata, beneficiándose de los refugiados y de los trabajadores más pobres.

Vemos a los que dicen estar a la vanguardia de la transición verde, favoreciendo la expansión de la OTAN y las perspectivas de futuras inversiones occidentales por encima de la paz. Vemos a quienes apoyan inversiones militares altamente contaminantes, celebrando su fiesta asesina y poniendo en peligro no sólo al pueblo ucraniano, sino también el futuro de todos y todas nosotres. También es culpa suya que haya estallado la guerra.

La política de sanciones y la guerra económica son menos violentas, pero golpearán sobre todo a los trabajadores, a los migrantes, a las mujeres y a los hombres que ya están luchando por sobrevivir a la pandemia y a la crisis. La invasión de Ucrania no encuentra apoyo en Rusia y un gran número de personas se resiste a la perspectiva de ser de alguna manera responsable de las acciones del gobierno de Putin, la resistencia a su régimen autocrático está creciendo y el número de presos políticos disidentes en la cárcel está aumentando. La invasión rusa está llevando la destrucción a Ucrania, pero no hay forma democrática de hacer la guerra. Lo que vemos es un intento de remodelar las relaciones mundiales en un momento en que la dinámica transnacional y los movimientos de las personas ya están sacudiendo un sistema geopolítico podrido hasta sus raíces.

Estamos con toda la gente de Ucrania que está sufriendo la guerra. Estamos con todos los que en Rusia se oponen al régimen de Putin, apoyamos a todos los que se oponen a la guerra y exigimos que todas las represalias militares y económicas cesen inmediatamente en ambos lados. Debemos detener esta masacre armada y evitar que una nueva crisis afecte a los trabajadores, a los migrantes, a las mujeres y a los hombres que ya luchan cada día por su supervivencia. Mientras los nacionalistas persiguen sus acciones en nombre de identidades e intereses que nos dividen y oprimen, y los demócratas alimentan aún más el conflicto en nombre de valores que promueven el control del capital sobre las vidas de todos, nosotros presionamos por una política transnacional en la que los trabajadores, los migrantes, las mujeres y los hombres se posicionen a favor de la paz y en contra de esta guerra devastadora.

Si su colectivo, sindicato, grupo feminista o de migrantes desea firmar este documento, escriba a info@transnational-strike.info

Acceso al documento en inglés y listado de colectivos firmantes

 

La guerra en Ucrania vista sobre el terreno

 

 

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