La Tormenta. Crisis, deuda, revolución y esperanza.
Presentación
El libro de John Holloway editado en 2002, Cambiar el Mundo sin tomar el poder, el significado de la revolución hoy, generó un importantísimo y controvertido debate, con decenas de trabajos escritos objetando los planteos esbozados en sus páginas. Este debate trajo un aire de frescura a las tradicionales polémicas sobre tácticas y estrategias revolucionarias, diferentes pero encerradas todas en el marco de la teoría estadocéntrica, donde el “único” camino posible para cambiar el mundo empieza en la toma del poder, a lo que sigue el mantenimiento “transitorio” del Estado: el denominado “socialismo real”. John planteaba y plantea una radical oposición con ese marco teórico, que no sólo ha fracasado, sino que, como dolorosamente se ha probado a lo largo del siglo XX, fue responsable de la persecución y la muerte de millones de personas.
Hoy, quince años después de la publicación de Cambiar el mundo, la brutal realidad del universo capitalista amerita un nuevo debate -que involucra a aquél- porque el capitalismo debe ser definido claramente como una guerra contra la humanidad. Guerra de hambre y de bombardeos, pero no sólo, porque la lógica del capital, desbocada e incontrolable en búsqueda de la ganancia y la explotación del ser humano y de la naturaleza, pone a gran parte del mundo, y al planeta mismo, en riesgo de desaparecer.
A esta situación los zapatistas le han llamado la Tormenta. En el Seminario sobre El Pensamiento crítico frente a la Hidra Capitalista, en San Cristóbal de las Casas, en mayo de 2015, entre otras cosas, expresaron: “El asunto es que lo que nosotros, nosotras, zapatistas, miramos y escuchamos es que viene una catástrofe en todos los sentidos, una Tormenta… Entonces nosotros, nosotras, zapatistas, pensamos que tenemos que preguntar a otros, a otras, a otro/as, de otros calendarios, de geografías distintas, qué es lo que ven”.
Holloway aceptó la propuesta y el desafío, y eso ha dado lugar, finalmente, a esta publicación. A través del desarrollo de veinte clases el autor se interroga y nos pregunta desde aquella mirada que expresó claramente en Cambiar el Mundo sin tomar el poder y en el conjunto de sus obras posteriores. Despliega herramientas tan importantes como plantearnos que la crisis nos habilita como los sujetos de cambio, porque somos nosotros los que generamos al capital con nuestro trabajo alienado, y también somos nosotros, por lo tanto, su crisis. Nos propone analizar la crisis como catástrofe pero también, y sobre todo, preguntarnos si la Tormenta no abre, al mismo tiempo, la posibilidad hacia un mundo otro, no capitalista. La Tormenta no sólo como destrucción, sino también como partera, como esperanza de lo que todavía no es. Posiblemente, como se expresa a lo largo de estas clases, hoy la única pregunta teórica que conserva total validez es la de interrogarse sobre cómo podemos salir del capitalismo.
Al ofrecer al lector este material queremos invitarlos a construir la Tormenta 21, con nuestras propias iniciativas y aportes, en conversaciones y prácticas compartidas, comunizadas, que nos ayuden a clavar una lanza en el corazón de la Hidra capitalista.
Juana del Pozo
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Tormenta 1: El punto de partida
El Desafío
El desafío zapatista: “El asunto es que lo que nosotros, nosotras, zapatistas, miramos y escuchamos es que viene una catástrofe en todos los sentidos, una Tormenta… Entonces nosotros, nosotras, zapatistas, pensamos que tenemos que preguntar a otros, a otras, a otro/as, de otros calendarios, de geografías distintas, qué es lo que ven”.
Argumento contrario: No hay que dramatizar. El capitalismo va a seguir como es, a veces peor, a veces mejor. Lo importante es poner fin a las políticas del neoliberalismo.
Planteamiento/ pregunta del curso: La Tormenta es manifestación de la incapacidad del capital de dominarnos suficientemente. Nosotras/ nosotros somos la crisis del capital. Esto se manifiesta sobre todo en la expansión crónica de la deuda.
Argumento contrario: Es cierto que el capitalismo está sujeto a crisis periódicas, pero nosotros somos las víctimas de ellas. Las crisis no tienen nada que ver con capacidad o incapacidad de dominarnos. Además es políticamente peligroso decir que nosotros somos el origen de las crisis.
El punto de partida son dos preocupaciones:
1. Tomar el desafío de los zapatistas: “viene una catástrofe (La Tormenta) y pensamos ¿ustedes qué ven?”. Tomamos la pregunta y pensamos si estamos de acuerdo. Sí tienen razón, sí estamos en una catástrofe, pero qué significa eso para nosotros política y socialmente, ¿es una tormenta en México o en todo el mundo?
2. Si pensamos que hay una catástrofe, entonces, ¿cómo pensamos a la esperanza dentro de ella como posibilidad de cambio radical en la sociedad?
La preocupación central del curso es si todavía se puede pensar en una transformación radical de la sociedad. No se puede asumir como algo obvio. ¿El “freno” de Benjamín significa una ruptura entre progreso histórico y el “final feliz”? Entonces, la esperanza siempre está en juego.
Dialéctica negativa. ¿Puede llegar un momento en que tenemos que decir que “No”, que lo único que podemos hacer es adaptarnos? ¿Hemos llegado a ese momento? Esto sería la muerte de la dialéctica.
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