Coronacrisis. ¿Cómo entenderla? ¿Cómo entender la crisis en el contexto que hemos estado desarrollando, es decir desde la perspectiva del carácter cada vez más ficticio de la acumulación capitalista? ¿Cómo entender las posibilidades políticas de la situación actual?

 

Curso La Tormenta 2020 / CORONACRISIS VII

 

NARRATIVA DE LA SESION 13

John Holloway

 

1 – Fire next time

Otra canción. Se llama Oh Mary Don’t You Weep (canción tradicional, para la versión de Aretha Franklin.

La línea que nos interesa no está en la versión de Aretha Franklin, pero dice: “Dios le dio a Noé el signo del arco iris, no más agua sino fuego la próxima vez” (“God gave Noah the rainbow sign, no more water but fire next time”). En la última crisis, dios advirtió a Noé a tiempo para construir su arca y así los humanos sobrevivieron, pero la próxima vez la crisis no va a ser de agua, sino de fuego. La crisis de 2008 fue de agua, la próxima va a ser de fuego.

En su libro sobre las lecciones de la crisis de 2008, The Shifts and the Shocks (2014), Martin Wolf titula el último capítulo: “Conclusion: Fire Next Time”. Wolf es un economista liberal, nada sensacionalista. En su libro sobre el mismo tema, The Road to Ruin (2016) James Rickards cita las mismas líneas de la canción como epígrafe del capítulo 4 (118) y titula su penúltimo capítulo “Behold a black horse”, “he aquí un caballo negro”, una cita del Apocalipsis, un símbolo que normalmente se interpreta como hambruna. (Rickards no es ningún revolucionario tampoco. Su conclusión es que lo mejor que puedes hacer es invertir tu dinero en oro.) El problema central indicado por los dos fue la acumulación continua de la deuda, del capital ficticio, aún después del  pánico de 2008.

Ahora estamos en medio del fuego. No es resultado del coronavirus, el virus ha sido el cerrillo que lo prendió y le echó un poco de alcohol. Es la crisis que Wolf, Rickards y mucha/os otra/os predecían ya hace varios años.

Probablemente la crisis va a ser mucho más severa que lo que imaginaban Wolf, Rickards y  la/os otra/os.  Por ejemplo:

“But it is in developing countries, where the vast majority of the world’s population lives, that the most damaging long-term repercussions could be felt, economists and U.N. officials say.

International agencies have released stark figures in recent weeks highlighting the risk that poverty and hunger could end up killing even more people worldwide than the 40 million victims that researchers had projected would die from the virus if no control measures were taken.

Some 1.6 billion of the world’s 2 billion informal workers, or nearly half the global workforce, have already lost their jobs, according to the International Labor Organization. They include gig workers in Western economies, but the vast majority are in developing countries, where most employment is informal and families live hand-to-mouth, relying on a daily wage if they are to eat at the end of the day.

The loss of income for people already living perilously close to the margins of survival will propel up to 50 million people into abject poverty this year, reversing three decades of gains in the war against deprivation, according to World Bank estimates. A study by the United Nations said 580 million could become impoverished, meaning they lack the basic means to survive.

And as incomes are lost, a “hunger pandemic” could eclipse the coronavirus, the World Food Program has warned; 130 million people are expected to join the ranks of the 135 million who were expected to suffer from acute hunger this year, the agency says, bringing to 265 million the number of those at risk of starvation.

The problem isn’t a shortage of food, of which there is plenty, food experts say. The initial lockdowns triggered some short-term supply problems, and localized shortages of specific products have pushed some prices higher, putting vital foodstuffs such as meat and fruit beyond the reach of people without work.

The bigger problem is that people aren’t earning enough money to eat, or to eat properly.”

Hunger could be more deadly than coronavirus in poorer countries” by Liz Sly, The Washington Post, May 14, 2020

Se habla de la peor crisis del último siglo, en Gran Bretaña de la peor en 300 años, de una nueva “década perdida” para América Latina. Está claro que va a ser peor en los llamados EMs (emerging markets, mercados emergentes), simplemente porque el dinero ha estado buscando y va a seguir buscando lugares más seguros.

 

2 – La canción “Mary Don’t You Weep” es una canción de esperanza y resistencia de la/os esclava/os en Estados Unidos que fue importante en el movimiento negro de los años ’60. Su refrán repetido es:

Oh, Mary, don’t you weep, don’t you mourn
Oh, Mary, don’t you weep, don’t you mourn
Didn’t Pharaoh’s army get drowned?
Oh, Mary, don’t you weep
Oh, Mary, no llores, no te lamentes
Oh, Mary, no llores, no te lamentes
¿No se ahogó el ejército del Faraón?
Oh Mary, no llores

 

El ejército del faraón fue ahogado, no hay que estar triste. En medio de la esclavitud existe una luz de esperanza. Nosotra/os también tenemos que ir más allá de las quejas y denuncias del capitalismo para ir pensando en salidas posibles. Siempre regresamos al Hic Rhodus, hic salta de Raoul Vaneigem: ahora es el momento.

En nuestro caso está más complicado porque no nos interesa la muerte de faraón ni de Trump, ni de AMLO, sino del capital, una forma de organización social que parece inmortal. En esta crisis, el carácter destructivo del capital se está exhibiendo como nunca. No sabemos si es la última llamada, pero puede ser: ¡cambien de forma de organización o mueran toda/os!

 

3 – Por eso la importancia de pensar en el Fire next time. Es una crisis capitalista que se veía venir, no es resultado del virus, como se presenta y se va seguir presentando. No es cualquier crisis, es el Fuego (entendido en la canción como destrucción final de la humanidad, me parece). Es una crisis que constituye una amenaza seria para la estabilidad y posiblemente la existencia de una forma de vida, el capital. Esta forma de organización social tiene una estructura jerárquica con el dinero en el centro visible. El capital es una totalización social donde el dinero actúa como fuerza totalizante. Lo que hemos visto en el curso (e íbamos a seguir viendo) es la autonomización y fragilización histórica del dinero ante la insubordinación y no subordinación de la/os productores directa/os e indirecta/os de plusvalía. Como dice Edith en su Rompecabezas, el capital huye después de 1968 (y el colapso de Bretton Woods que sigue) a un mundo ficticio sostenido por el crédito. Este mundo es un mundo frágil que ahora se está tambaleando.

Por eso las intervenciones estatales se han dirigido sobre todo a apuntalar el sistema financiero a través de la extensión del crédito. Los créditos sí apoyan a mucha/os empleada/os de manera indirecta, pero el énfasis está en el mantenimiento del sistema en crisis. Es una ayuda social que apuntala la sociedad actual, con todas las injusticias obvias que eso implica. También hay apoyo directo para la gente a través de programas sociales o pagos universales, pero en términos de cantidad de gasto no se compara con el gasto a través de créditos. (Sería bueno tener las cifras). (En el caso del gobierno mexicano me parece más complicado: no está gastando en créditos para capitales grandes (aunque el Banco de México sí), pero al mismo tiempo está rechazando la deuda fiscal como manera de dar apoyo, en el más puro estilo neoliberal).

 

4 – Rickards (2016, 21-22-23) dice de las crisis financieras: “En términos generales, hay dos maneras para que los legisladores respondan cuando todos quieran que le devuelvan su dinero. El primero es hacer que el dinero esté fácilmente disponible, imprimiendo tanto como sea necesario para satisfacer la demanda. Esta es la función clásica del banco central como prestamista de último recurso, más acertadamente llamada impresora de último recurso.

La segunda estrategia es solo decir no; bloquear o congelar el sistema. Un bloqueo implica cerrar bancos, cerrar intercambios… En el Pánico de 2008, los gobiernos buscaron la primera opción. Los bancos centrales imprimieron el dinero y lo distribuyeron para dar liquidez a los mercados y apuntalar los precios de las acciones.

Ahora parecía que los gobiernos estaban anticipando el próximo pánico preparando la segunda estrategia. En el próximo pánico, el gobierno dirá, en efecto, “No, usted no puede tener su dinero, el sistema está cerrado…” En lugar de restaurarle liquidez al mundo, los élites lo van a congelar. El sistema será bloqueado.

(“Broadly speaking, there are two ways for policymakers to respond when everyone wants his money  back. The first is to make money readily available, printing as much as necessary to satisfy demand. This is the classic central bank function as the lender of last resort, more aptly called printer of last resort.

The second approach is just to say no; to lock down or freeze the system. A lockdown involves closing banks, shutting exchanges … In the Panic of 2008, governments pursued the first option. Central banks printed money and passed it around to reliquefy markets and prop up asset prices.

Now it looked like governments were anticipating the next panic by preparing the second approach. In the next panic, government will say, in effect, “No, you can’t have your money, the system is closed… Instead of reliquefying the world, elites will freeze it. The system will be locked down.”)

 

A mí me parece que Rickards se equivocó. En la crisis actual, los bancos centrales están imprimiendo dinero (extendiendo crédito) como nunca. Por la razón que hemos visto en todo el curso: el miedo a las consecuencias de no hacerlo. Nuestra fuerza (“nosotros somos la crisis del capital”) es la otra cara de la fragilidad del sistema. Si se cae el sistema económico y financiero, se caerían no solamente algunos de sus amigos capitalistas (no los inteligentes, por supuesto), podría resultar un caos social incontrolable por el capital. Los gobiernos no pueden decir simplemente “el sistema está cerrado” de manera general. Sí lo pueden decir de manera selectiva, como en Argentina 2001, Grecia 2015, Chipre hace un par de años, Zimbabue etc.

Si fuera correcto el análisis de Rickards, equivaldría a decir que los gobiernos tienen la fuerza de decir “ya no vamos a prolongar/ postergar la crisis, que venga ahora lo que venga”. Me parece que los gobiernos no tienen esta fuerza. No pueden simplemente dar la espalda al sistema. Están apuntalando el sistema, apoyando hasta cierto punto a sus ciudadana/os o alguna/os de ella/os, van a aceptar o fomentar mucha miseria para otra/os, pero no pueden decir simplemente “el sistema está cerrado”.

 

5 – Esto tiene consecuencias importantes porque significa una prolongación de la  crisis a través de la expansión del crédito.

En su artículo “The Fed’s Vietnam Moment” (FT, 10 de mayo), que ya circulamos, Robin Wigglesworth propone una analogía entre las acciones actuales del Fed y los otros bancos centrales y los primeros pasos del Presidente Kennedy para involucrar a Estados Unidos en la Guerra de Vietnam, mandando a los primeros soldados en 1961. Estados Unidos se metió a un pantano de donde nunca pudo salir, hasta su derrota final unos 14 años después, algo que en 1961 hubiera parecido imposible, impensable.

Lo mismo con los bancos. Las decisiones del Fed y de los otros están creando  una situación de inestabilidad y fragilidad financiera que  va a durar por muchos años. Se están metiendo a un pantano de donde no van a poder salir tan fácilmente. La analogía nos hace pensar en el General Giap, el estratega que planeó y dirigió la derrota de los franceses y estadounidenses en Vietnam. No en el sentido de que queremos ser generales o lanzarnos a una guerra armada, sino el sentido de que nos tenemos que plantear lo imposible-impensable: derrotar el dinero invencible. No para evitar lo inmediato sino para enfrentar una crisis-sufrimiento, una crisis-inestabilidad que puede durar bastante tiempo.

 

6 – ¿Cómo derrotar el dinero, entonces?

Ya hemos visto varios elementos que vale la pena subrayar:

a) Es urgente. La extinción está al orden del día como nunca antes. Hic Rhodus, hic salta. No es cuestión solamente de sobrevivir las dificultades actuales, sino de entender que la mera existencia del capital constituye un gran peligro para los humanos.

b) Estamos entrando a un periodo de mucho sufrimiento, inseguridad, hambre y conflictividad. Probablemente va a ser una época de muchos disturbios y mucha represión. En el periódico de hoy hay un reporte de disturbios por hambre en Chile y de su represión.

c) La ayuda mutua ha recibido mucha atención en las últimas semanas y seguro que va a seguir (ver el artículo de Stavros Stavrides y un libro nuevo de Marina Sitrin y Colectiva Sembrar que viene). Sería importante ver en ella la semilla de otra sociedad y pensar cómo cultivarla.

d) Relacionado con eso ha habido una expansión enorme de cultivos caseros de comida en las últimas semanas, discutida por Gustavo Esteva en La Jornada del lunes (18).

e) El auto cultivo sería un elemento importante, pero solo un elemento, de la creación de una autonomía que nos permitiera decir “adiós, vete” al capital. Pero también necesitamos nuestras computadoras y teléfonos, como ya discutimos en el contexto de “I will survive”.

f) Toda la experiencia de las calles sin coches, de la caída de la contaminación y de la destrucción del planeta, la experiencia de otros ritmos de trabajo o de no trabajar, por contradictoria que sea, puede abrir portales que todavía no vemos.

g) Toda la cuestión de la relación entre humanos y naturaleza va a ser un tema central de la política estadocéntrica pero también de la política anticapitalista o radical en los próximos años. Dentro de la política burguesa va a haber un conflicto fuerte entre los que dicen que ahora no hay espacio para controles ambientales, que lo que importa es la recuperación de la ganancia, por un lado, y la/os que proponen un Green New Deal por otro lado. Va a ser importante pero no suficiente criticar el Green New Deal y el capitalismo verde. Tenemos que insistir que lo fundamental es la transformación de las relaciones entre humanos y otras formas de vida pero que eso no puede suceder si lo que domina es el dinero y la búsqueda de la ganancia, sino solamente si se transforman las relaciones entre humana/os misma/os. Que cualquier reorganización verde se base en relaciones sociales verde-roja-negras.

h) La fragilidad financiera va a seguir siendo el talón de Aquiles del sistema y también el centro de su violencia. Hay que pensar cómo explotarlo (en todos los sentidos). El hackeo, la oposición a los desahucios y colecciones de deuda, la organización de formas de solidaridad no monetizadas. Pero siento que nos falta todavía pensar cómo aprovechar el punto frágil.

En la narrativa 12 sugerimos que es importante ver la crisis del trabajo que subyace en el carácter ficticio de la acumulación. Esto implica pensar la crisis en términos de la no subordinación del trabajo, pero también y sobre todo en términos del fortalecimiento de maneras no capitalistas de desarrollar nuestras capacidades creativas. Finalmente tiene que ser el centro de todo: la lucha del hacer contra el trabajo abstracto.

 

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Muchas gracias a Edith González y Panagiotis Doulos por sus comentarios.

 

John Holloway: Curso La Tormenta (2020) Clase 3

 

Este curso es el desarrollo de un curso que se impartió por primera vez en 2016 y que se publicó en el libro «La Tormenta». La segunda versión se impartió en 2018.

 

John Holloway: “¿Qué hay en la situación actual que nos abra perspectivas hacia otro mundo?”

 

Trabajan para hacer posible la organización de los materiales del curso, su corrección y edición en Comunizar: Edith González, Lucía Contartese, Daniel  Contartese y Luis M. Bardamu.