Marx: teórico del anarquismo

Maximilien Rubel

Perjudicado por discípulos que no consiguieron hacer el balance, ni trazar los limites de su teoría, ni definir las normas y el campo de su aplicación, Marx ha acabado por convertirse en un gigante mitológico, símbolo de la omnisciencia y de la omnipotencia del homo faber forjador de su destino.

La historia de la Escuela esta por hacer, aunque conocemos su génesis: codificación de un pensamiento mal conocido y peor interpretado, el marxismo nació y se desarrollo cuando la obra de Marx no era aun accesible en su totalidad y cuando importantes partes estaban todavía inéditas. Así, el triunfo del marxismo como doctrina de Estado y como ideología de partido, ha precedido varias décadas a la divulgación de los escritos en los que Marx ha expuesto, de la forma mas clara y mas completa, los fundamentos científicos y las intenciones éticas de su teoría social. Que con la invocación de un pensamiento, cuyos principios esenciales han sido ignorados por los protagonistas del drama histórico, se hayan producido profundas transformaciones bastaría para demostrar que el marxismo es el mayor, si no el mas trágico, equivoco del siglo. Pero, a su vez, podemos medir el alcance de la tesis sostenida por Marx según la cual no son ni las ideas revolucionarias ni los principios morales los que provocan la mutación de las sociedades y las transformaciones sociales, sino las fuerzas humanas y materiales; ideas e ideologías solo sirven, casi siempre, para travestir los intereses de la clase en cuyo provecho se han realizado las transformaciones.

El marxismo político no puede, al mismo tiempo, reclamar la ciencia de Marx y sustraerse al análisis critico empleado para desenmascarar las ideologías afines al poder y a la explotación.

Ideología dominante de una clase de amos, el marxismo ha logrado vaciar de su contenido original los conceptos de socialismo y comunismo, tal como Marx y sus precursores los entendían, y substituirlos por la imagen de una realidad que es su mas completa negación. Aunque ligado estrechamente a los otros dos, un tercer concepto parece, sin embargo, que ha escapado a este destino: el anarquismo. Pues si es sabido que Marx tuvo pocas simpatías con algunos anarquistas, se ignora generalmente que compartió con ellos el ideal y el objetivo: la desaparición del Estado.

Conviene pues recordar que, al abrazar la causa de la emancipación obrera, Marx se situaba de golpe en la tradición del anarquismo mas que en la del socialismo o del comunismo. Y, cuando al fin eligió llamarse comunista, este nombre no designaba, para el, una de las corrientes ya existentes del comunismo, sino un movimiento de pensamiento y un modo de acción a construir juntando todos los elementos revolucionarios herederos de las doctrinas existentes y de las experiencias de lucha del pasado.

En las siguientes reflexiones intentaremos demostrar que, con el nombre de comunismo, Marx ha desarrollado una teoría de la anarquía; mejor aun, el fue en realidad el primero en poner las bases racionales de la utopía anarquista y el primero en definir el proyecto de su realización. Debido a las dimensiones limitadas del presente ensayo, presentamos estas tesis como temas de discusión. El recurso a la prueba literal por medio de citas se ha reducido al mínimo para destacar mejor el argumento central: Marx, teórico del anarquismo.

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