Vengo

Vengo

Milagrosa, la humanidad surge de una delicada alianza entre la persona viva y su imagen. Desde entonces, los humanos han simbolizado cómo respiran.

El amanecer de la civilización se asemeja al amanecer de toda vida humana: se entra en la ley como se entra en el lenguaje. Con el mismo entusiasmo, cruzamos el umbral del deber para siempre. Esta condición primordial se refleja y se actualiza incluso en nuestras condiciones materiales de existencia, que se pueden resumir de la siguiente manera: trabajar para expiar. ¿Y expiar qué, sino una deuda? En efecto, una relación etimológica revela a veces un determinismo implacable: al obligarse con el deber, uno se encuentra endeudado.

La deuda aparece dondequiera que se exprese el valor, porque es su base. Esta es la tesis que sostenemos. Partimos de su significado más general para llegar al más familiar, que lo reduce a dinero. Porque si el dinero nos devuelve a la cuestión de la deuda, va mucho más allá de la cuestión del dinero. Así, antes de estudiar los orígenes de la deuda económica y captar todas sus sutilezas, primero tendremos que acercarnos a la forma milenaria de la que extrae su eficacia: Sumbolon (1)

Vengo en el momento adecuado
Vengo a devolver a la nada el objeto de tus cobardes concupiscencias
Vengo a completar la obra del mundo en el que viviste
Vengo a destruir
Vengo para nada
Vengo porque vengo, ¿puedo escribir?
Pero eso sería desviarse de mis palabras al imitarte de nuevo
No vengo por venir, nunca
Vengo, eso es todo, bajo un trueno de consecuencias
Vengo a morir
Vengo a renacer

Vengo, con la libertad del que no sabe, para asegurarte tu inconsistencia

Vengo a romper los espejos para cambiar las caras
Vengo a estrangular la voz de los fuertes
Vengo a quemar milenios de adornos racionales

Vengo a hacerlo corto
Vengo a desentrañar el entrelazamiento de tus vidas robadas
Vengo a refundir almas en el alma del mundo
Vengo a negar cualquier derecho a dar a conocer tus mentiras
Tus mentiras
Tus mentiras
Tus mentiras
Tus mentiras se repiten, esta es la verdad que habla

Vengo a reencantar el vacío
Vengo a decirte que dejes de sentirte vacío
Porque no es bajándote que le darás altura a las cosas
Y entonces nadie te perdonará
Perdónate
Vengo

 

Sumbolon

 

(1) Sumbolon anuncia su llegada con una fanfarria. El «yo» que se manifiesta aquí es completamente ficticio. Expresa, al mismo tiempo, vano y grandioso intento de decir algo soberano.

 


28 de noviembre de 2020, lundi.am, versión en castellano: LB (@comunizar)


 

Vengo

 

Ver también: Misceláneas de  Comunizar

 

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