por AG  y FA

“Nosotros hemos inventado la felicidad –dicen los últimos hombres y parpadean”  (Nietzsche; “Así habló Zaratustra”)

AbstenciónEn situación de que:

… a un tal ‘ciudadano’ se lo ha convocado a simular ‘expresarse’ por lo único que hay, humillándolo a delegar la gestión de una realidad sin horizonte; y se lo ha conminado a ‘dejar las calles’ -lo sabemos, no estaba ahí, pero ese es su lugar de existencia-, a esperar un Octubre, para luego un Diciembre, que deberá sostener un “Pacto” al año siguiente, y en ese ninguneo de ilusiones inclinar entonces la balanza hacia un Aspirante que ni imaginó que iba a ser la imagen de su esperanza…, pues, así las cosas…:

¡Protestamos a culo abierto contra esa falsa espera!, ¡rechazamos la orden de espiar detrás de las cortinas el espectáculo dantesco del hambre, la mezquindad, el sorteo de la desgracia!

Y visto que:

… querían democracia capitalista, tienen que ir a votar

… querían hacerse decidir, tienen que ir a votar

… querían jefes, tienen a sus delatores

… querían izquierda, tienen a sus sectas

… querían sindicatos, tienen que reverenciar al patrón

Y como consecuencia de que:

… el parlamentarismo ha consolidado ‘democráticamente’ el poder de una clase dominante, sólo interrumpida por golpes de Estado cuando su deseo no se realizaba, y que por su intermedio ha decretado la validez del dominio burgués bajo el imperativo del ‘ir a votar’ por las ofertas que ella misma elige para Vosotrxs;

… desde la estatización de los sindicatos bajo el peronismo la clase obrera argentina ha sufrido la usurpación de sus destinos bajo una casta de burócratas, lameculos estatales, funcionarios pagos, con un ejército de opresión en las fábricas y talleres, que hacen negocios con los aportes de sus humillados afiliados, imponiendo genuflexión a las estampitas de un general burgués y nacionalista;

… desde la caída del Muro de Berlín que la izquierda realmente existente no ha hecho más que arrastrarse seduciendo al votante, ofreciéndole mentiras irrealizables.

Concluimos (por esta otra vez) que:

 … cada nueva elección nos acerca solidariamente un olvido:

en lugar de decidir una vez cada 3 o 6 años cuál miembro de la clase dominante debiese mal representar al pueblo en el parlamento, el sufragio universal debiera servir al pueblo constituido en comunas”;

(y prosigue)

el empresario, cuando se trata de verdaderos negocios, sabe elegir en cada puesto al hombre indicado, y si de vez en cuando comete un error, lo corrige rápidamente”.

Pero nosotros, no. No sabemos, y peor, no podemos. En esas condiciones se presenta el llamado a votar. ¿Hay que hacerlo, por quién, por qué?

… a falta de otras pistas mejores, el horizonte para tomar posiciones políticas sigue siendo el ancestral tópico de “la lucha de clases” -que en el actual estado de cosas debe necesariamente ser reexaminado bajo sospecha de significar un acontecer donde la propia clase reafirma su condición de clase en lugar de abrir posibilidades para su propia negación.

… a la luz de esta coyuntura, en esta odiosa región reina una advertencia: “no salgan a las calles”; en otras palabras: “quédense en sus casas, miren detrás de las cortinas la miseria del afuera, y si tienen hambre, cómanse entre ustedes, pero, pero, pero, no salgan a las calles…”

… ¿votar a la izquierda?, vamos… la izquierda que existe, es demasiado pragmática, vergonzosamente parlamentarista; nos balbucea al oído palabrotas socialdemócratas que la hacen in-votable a quien bajo cualquier perspectiva subversiva (¿qué ha sucedido con este término?) intente acariciar la funda de una crítica radical. Su búsqueda exasperada de votos ha vaciado lo poco de contestatario que tenía  -¿acaso su existencia?-, por no mencionar detalles hogareños que han hecho implosionar a su más longevo Partido, plagado de violencias, denuncias, espionajes, en fin: depositar esperanzas en un cargo legislativo que esconde por detrás organizaciones que no han modificado una coma sus prácticas sectarias, es un sinsentido. Un espiral de sinsentido. Pues la utopía del izquierdista bien intencionado es llegar “democráticamente” a cargos ejecutivos para la administración del Estado.

¿Qué tenemos ante nosotros, más allá de guirnaldas y globos, bombos y pañuelos coloridos?

Los niveles de participación en las elecciones se mantienen estables (por encima del 70%), a excepción de las posteriores al denominado “Argentinazo” (reafirmación de la Patria a secas). Esto debería ser un dato válido para confirmar la confianza que las mayorías depositan en el simulacro electoral. Pero, más enigmático por ahora resulta elucidar por qué en última instancia estos mecanismos de autorregulación social conforman a la mayoría ciudadana.

Y ahí estamos, sentados frente a un nuevo capítulo del espectáculo en cuestión. El objetivo es cerrar definitivamente la “grieta”. Todo es deseo y emoción. La “grieta” no es mucho más que eso… pasión, simbología de un pasado y un presente cada vez más vacío de justificación.

Intuimos un cambio sustancial. Quizás una otredad que se involucra en un acuerdo final. Un individuo que huye de la confrontación y la negatividad… ahora todos -PERO TODOS- somos más o menos un frontón de frente de

 TODOS

 JUNTOS

 pOr el verdadero Cambio

Un sujetx que se autorregula, se auto-organiza, se autoexplota, se autocontrola.

Tener registro del fracaso de una idea, de una idea que se transforma en la práctica como afirmación de lo posible, como la costura coqueta de la carne, se justifica en dos sentidos. Sentencia aquello que hace tiempo agoniza sin esperanzas… y… permite la apertura hacia una nueva praxis.

Hasta entonces, jurad la bandera. Sed sujetxs de masas, destripadxs por trincheras o grietas falsas. Honrad la salud y la buena vida, una vida dedicada al trabajo.

Imagen de portada: “21st Century Schizoid Man”; King Crimson
Publicado originalmente en Escritos para la emancipación

Abstención

 

 

 

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