Cómo funcionan los Cabildos Abiertos que buscan organizar el descontento social
En los últimos días hemos visto cómo el país ha recibido a millones de personas en las calles, quienes han dicho presente en toda clase de manifestaciones, incluyendo la marcha más grande en la historia de Chile y también múltiples expresiones culturales e intervenciones urbanas.
Lo que comenzó como una protesta en contra del aumento en la tarifa del Metro de Santiago terminó por transformarse en un estallido social a lo largo y ancho de nuestro territorio. Y si bien las calles continúan albergando protestantes día a día, hay quienes han optado por organizarse en Cabildos Abiertos con el fin de reflexionar y construir diálogo entorno a las propuestas populares.
Y es que estas instancias apuntan a la libre expresión de los chilenos, quienes pueden realizar sus críticas y peticiones con la seguridad de ser escuchados, abordando problemas que aquejan al común de la ciudadanía pero mirando hacia una solución efectiva.
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Colo-Colo, Feminismo separatista y Unidad Social en Providencia: Así se vivieron algunos de los cabildos autoconvocados por la ciudadanía
Feministas separatistas en Plaza Brasil
Si hemos contado con una agenda de género desde que se terminó la dictadura militar, es porque las feministas de la segunda ola lucharon por la democracia en el país y en la casa, impusieron sus demandas de incorporarse al mundo público y del trabajo y por sus derechos reproductivos. Es algo que en lo absoluto se lo debemos a la Constitución de 1980, cuyos autores, todos hombres, la diseñaron entre cuatro paredes y bajo la lógica más heteronormada, androcéntrica, neoliberal y patriarcal que podamos imaginar.
Hoy, en un momento de crisis política, a las mujeres y disidencias sexuales nos asalta el miedo fundado de que vuelvan a dejarnos fuera, tanto de las posibles reformas como del necesario y esperado proceso constituyente.
Comenzaron los llamados a cabildos y asambleas abiertas ante los ojos de organizaciones de mujeres, feministas y mujeres de la sociedad civil, quienes automáticamente pensamos “no sin nosotras”. Reaccionamos de inmediato y se convocó al primer cabildo feminista. Si somos parte de las masas que luchan en las calles para que se cree un pacto social, tenemos que vigilar e instalar que este pacto también debe ser sexual y, por supuesto, de género.
Ya desde la esquina de Compañía de Jesús con Avenida Brasil, a través de los coloridos Federica Matta de la Plaza Brasil, se veía un tumulto de mujeres. Fue el miércoles 30 de octubre, a las 17:00. Las convocantes fueron las Abogadas Feministas, Observatorio Contra el Acoso Callejero, Vaginas ilustradas, Conciencia fem, Geógrafas Chile, No fue sexo, Trenza colectivo, Mujeres del café, Red chilena contra la violencia, Agrupación rompiendo el silencio y Colectiva callejeras.
Repartidas por todas partes, sentadas en los pastos y haciendo una larga fila para inscribirse en el cabildo feminista separatista, que durante su transcurso lo bien llamamos “Cabilda”. Entre dos añosas palmeras un lienzo negro que, en letras blancas, decía “Feministas autónomas contra la dictadura neoliberal y patriarcal”.
Una vez inscritas, alrededor de 600 mujeres nos acomodamos estrechamente en los pastos. Sentadas tapizábamos de morado y verde la mitad de la Plaza Brasil por nuestras pañoletas que gritan nuestras consignas como Aborto Libre, Seguro y Gratuito, y Ni Una Menos.
Por supuesto, no podíamos evitar las miradas entrometidas y por momentos suspicaces de los hombres que estaban en la plaza o pasaban por los alrededores. Mala era la suerte que corrían si decidían detenerse a mirar o acercarse, pues, como decían los stickers que nos repartió “No fue sexo”, ese era un espacio seguro. Nuestro espacio seguro. Uno fue alejado impetuosamente por una turba de mujeres y otro fue derecha y merecidamente golpeado por una hermana poderosa. Era irreductible, en ese espacio nos cuidamos entre todas, resistiendo y en sororidad.
Se abrió la discusión con una idea inicial que nos alienta: sacamos las cuerpas a la calle para discutir cómo cambiar un modelo que a la fecha ha sido pensado e implementado por hombres. En grupos de 10 mujeres nos dispusimos a responder qué nos convocaba como mujeres a estar ahí. Primero, claro, para mirarnos directo a los ojos, nos presentamos. Comenzó una compañera de pañoleta morada diciendo “soy lesbiana, feminista radical y me convoca hacer arder todo”.
Divagamos, debatimos, conversamos, intercambiamos. Nuestras demandas apuntan a una profunda transformación económica, social, política y cultural. Enunciamos la lucha por una nueva forma de relacionarnos que sea crítica al individualismo, apropiarnos de nuestro espacio nacional, enfrentar las lógicas productivas y de organización que no asumen que el uso del tiempo está cruzado por el hecho de ser mujer, entre muchas otras cosas. Concluimos de manera unánime que necesitamos que la nueva constitución cuente con una discursividad feminista y somos nosotras quienes tenemos que instalarla, poniendo especial atención al uso del lenguaje, para que no vuelva a excluirnos y así poder recuperar la voz que nos robaron en la actual constitución y el modelo que nos ordena en Chile.
Cerramos el plenario gritando nuestras consignas, alineadas con la urgencia de una nueva constitución vía Asamblea Constituyente. Estuvimos de acuerdo con que próximamente teníamos la responsabilidad de llamar a una masiva manifestación, evocando la histórica del 8M de 2019, pero esta vez para exigir la renuncia de la ministra Isabel Plá. Su mutismo respecto de las violaciones a los derechos humanos, los abusos, y violencia sexual ejercidos hacia mujeres y niñas por las fuerzas represivas del Estado, nos indigna y bajo ningún aspecto permitiremos su impunidad.
Profesionales en Inés de Suárez
Pese a ser vecinos, eran pocos los que allí se conocían. Y esa observación fue recurrente: el sábado pasado Unidad Social -el colectivo que agrupa a 100 organizaciones de las distintas esferas sociales- convocó a un cabildo en la Plaza Inés de Suárez, sobre la estación de Metro homónima, en Providencia. La idea, como la de todas las instancias ciudadanas autoconvocadas desde que comenzó el estallido social, era canalizar el descontento, darle forma, rostro, identificar el malestar y proponer soluciones.
A las 17:00 eran más o menos 100 personas; con los minutos fueron llegando más. Y cuando terminó todo, eran más de 300.
A viva voz se presentó el procedimiento: esa era una instancia para conversar, conocerse y quizás identificar una cierta solidaridad, base de todo trabajo colectivo, para “reconstruir nuevamente el tejido social perdido durante la Dictadura Militar” según se lee en el acta oficial del evento.
No era vinculante, pero sí relevante: fueron muchos los que se habían visto allí, todas las tardes, sobre el puente que cruza Pedro de Valdivia, deformando ollas durante los cacerolazos. Pero el mismo golpeteo los impedía de conversar -y más que hablar, de escuchar(se), decían.
Se formaron grupos de al menos 10 personas, todas dirigidas por alguien con incidencia en la Unidad. Primero la presentación: nombre, profesión (porque eran todos profesionales) y razón por la que estaban allí (llegaron algunos forajidos de comunas aledañas que se rebelaron y declararon de primera la vereda política por la que caminaban). Y después, tres preguntas para desarrollar: 1) ¿Cuál es el origen del conflicto actual? ¿Qué ha generado el malestar ciudadano? ¿Qué oportunidades ofrece esta movilización nacional?; 2) ¿Cómo es posible avanzar en mayor justicia social a partir de esta coyuntura? ¿Existen demandas prioritarias para la ciudadanía? ¿Se necesita una Asamblea Constituyente para transformar Chile?; y 3) ¿Qué tipo de acciones puede realizar la ciudadanía y las organizaciones sociales para conseguir sus objetivos?
En el grupo habían militantes de Revolución Democrática y Evópoli, dos exiliados que volvieron, una psicóloga, dos economistas, dos abogadas, tres periodistas, un publicista. Y frente a la primera pregunta reconocieron una indolencia de la clase política, una falta de garantía estatal frente a ciertos derechos, una violencia provocada por un sistema neoliberal salvaje que violenta a los ciudadanos, una falta de participación ciudadana produjo desconfianzas en las instituciones representativas.
En la segunda pregunta hubo coincidencias en que es la Constitución la clave para frenar y revertir los orígenes del malestar. Las demandas prioritarias eran la educación, la salud y las pensiones (o al menos las que están hoy al rojo). Pero toda modificación requiere también una voluntad de cambio: pasar de la individualidad a la solidaridad, que se cruzaba con las primeras palabras: esa de no conocer al vecino sino hasta esa instancia. También concluyó el grupo que se debían nacionalizar los recursos naturales, promover la equidad, y también el Ejecutivo debe responsabilizarse por las muertes que han significado las manifestaciones. ¿El camino para lograr esto? Una asamblea constituyente.
Fue casi al unísono la respuesta sobre la forma en que debe llevarse esto a cabo: las movilizaciones deben seguir, las ollas deben sonar más fuertes, los gritos también, los saltos, la gente en la calle, en Plaza Italia. Porque lo sabían bien todos, aún no se ha conseguido nada.
La hinchada en el Estadio Monumental
En la entrada del Estadio Monumental había, primero, un registro de ingreso; y luego, más de mil personas divididas en grupos de 10 a 20, discutiendo apasionadamente sobre el estado actual del país. En uno de esos grupos estaba la cantante de trap Princesa Alba compartiendo espacio con el dibujante político Malaimagen. Un reflejo de la heterogeneidad del espacio.
La convocatoria fue hecha para el jueves desde las 11:30. Se definió la fecha en la sesión extraordinaria del directorio del Club Social y Deportivo Colo-Colo. “Estamos sorprendidos por la convocatoria: llegaron más de mil 500 personas. Discutimos como directiva que era importante abrir el espacio para que la gente se pudiera congregar y plasmar aquí sus sueños. Y eso es lo bonito: en las mesas no se está hablando de fútbol, sino de aquello que está funcionando mal: hablan de salud, de asistencia social, de previsiones de abusos”, cuenta Ignacio Franjola, vicepresidente general del directorio.
Lo sorprendente para los más activos en los eventos del club no era tanto la participación de los abonados, sino los vecinos: la gente de los alrededores de Pedrero se sintieron también interpeladas por los acontecimientos y frente al llamado, decidieron llegar. Lo recurrente, según Franjola, y con palabras más o palabras menos, es el principio de subsidiaridad del Estado: “Ahí te das cuenta que se privatizó la salud, la educación, las previsiones y eso llevó al estallido social. Es lo que más se ha escuchado”, detalla.
Como en Inés de Suárez, en el Monumental también se trabajó sobre tres preguntas: 1) ¿Cuál es el origen del conflicto actual? ¿Cuáles son las demandas prioritarias en las que se basa el malestar de la ciudadanía?; 2) ¿Qué tipo de acciones se pueden realizar desde la ciudadanía para realizar los objetivos?; y 3) ¿Cuál es el aporte que se puede hacer desde colo-colo hacia la ciudadanía?
En el grupo de Malaimagen y Princes Alba hubo palabras que se repitieron: más desigualdad, dignidad para vivir, que el país sea garante de vida y no de muerte, que lo que estaba ocurriendo era un conflicto político no partidario, que los recursos naturales son también relevante al menos para una industrialización, pero sobre todo el respeto y la solidaridad. Esas palabras y las vivencias de los participantes se aterrizaron en tres temas: niñez, vejez y pensiones.
Se paseaba también el ídolo albo, Marcelo Barticciotto. Más allá de las fotos, él también se sentó y discutió en una de las mesas. Entre los grupos se escuchaba que lo que ocurría era el resultado de años de injusticias, que los lienzos podrían ser una primera forma de protestar, que las banderas de blanco y negro eran un símbolo si en Plaza Italia se juntaban con las azules y rojas y las blancas y azules. Era, también, no decaer.
Todas las conclusiones que se sacaron del cabildo abierto de Colo-Colo serán presentados en el Centro de Estudios del Club Social. “Esa va a ser la instancia de sistematización de la información, lo que se va a plasmar en un documento y después llevado a los territorios, como por ejemplo a las escuelas de fútbol barriales. La idea es juntar el material y compartirlo en las instancias que corresponda”, concluye Franjola
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Organización directa desde los territorios: Cabildos autoconvocados
Discusiones desde la Villa Frei
En pleno toque de queda, juntas de vecinos de Ñuñoa organizaron una asamblea para hablar del estado de excepción. Entre las 300 personas que asistieron, surgió la idea de organizar un cabildo, realizado el sábado 26 en la Villa Frei, al que asistieron 900 personas.
Miroslava Petrova, profesora universitaria, y vecina de Ñuñoa hace diez años, participó como moderadora y actuaria. “Muchas personas de muchas juntas de vecinos se organizaron, unos trajeron mesas, otros sillas, otros organizaron el acto cultural que se hizo después, no había liderazgos”, explica. Ese mismo fin de semana, otros seis cabildos ocurrieron simultáneamente en la comuna, siguiendo la metodología sugerida por Unidad Social, que reúne a distintas organizaciones sociales como la CUT, la Fech y No + AFP, por nombrar algunas.
“Los vecinos que nos juntamos en esos grupos no nos conocíamos, fuimos desconocidos trabajando juntos por hora y media. Los vecinos necesitaban hablar. No hubo ni uno que no expresara su opinión sobre las tres preguntas. Tú sabes que siempre hay gente que escucha y gente que habla, aparecen líderes que no sueltan el micrófono, pero acá no hubo eso, todos se expresaron”, cuenta Miroslava.
Lo que llamó la atención de la profesora es que durante la reunión, las y los vecinos tuvieron urgencia de hablar del país, independiente de los temas que los convocan como ñuñoínos: “La gente no estaba hablando de Ñuñoa, estaba hablando del país, de cómo se imaginaba el país. Eso era muy interesante y significativo, que los vecinos compartieran sus ideas sobre Chile”.
“Estamos creando confianza de nuevo, ya no vemos al vecino como alguien que me puede robar. Y como que todos estábamos en una sintonía, de querer estar juntos, reencontrarnos, dejar la desconfianza y el miedo”, explica Miroslava.
Desde Villa Frei, esperan repetir el cabildo durante el feriado, mientras se espera la sistematización de las conclusiones por parte de Unidad Social.
“La junta de vecinos no era una instancia a la que iban los vecinos a participar, pese a que hay unas súper activas. En una de las juntas dijeron acá de los 40 que están, conocemos a seis personas, que son las que llegan a nuestras asambleas, todo el resto viene porque las redes sociales se encontraron con que su junta estaba organizando algo”, dice Miroslava.
Cabildo en la escalera del MAC
Frente al MAC, y al modo de una polis griega que se habla a sí misma, se realizó el Coloquio de perros, un encuentro que convocó al mundo de la cultura, la academia, y los medios de comunicación no tradicionales. Fernando Guzzoni, quien junto a Laura Estevez y Sebastián Herrera conforma el colectivo que organizó el encuentro, explica que lo lograron mediante la autogestión: “lo conseguimos todo nosotros, y por medio de gente que nos colaboró: conseguimos mesas, amplificación. Hicimos la convocatoria por internet, desde redes sociales y asistieron cerca de 700 personas, nos sorprendió”.
En su primera versión, Coloquio de perros sentó a Raúl Zurita, Constanza Michelson, Alejandro Goic, Jaime Bassa y Rodrigo Karmy, filósofo quien, curiosamente, recibió perdigones de Carabineros durante una manifestación estudiantil, hace diez años atrás. Así, de acuerdo a Guzzoni, el coloquio tuvo “dos espíritus”, uno que buscó llenar los vacíos legales del conflicto social, y otro que habló de la incertidumbre colectiva.
“Una de las mesas tenía que ver con el mundo de las organizaciones sociales, que eran la Fundación Sol, el INDH, medios independientes, para darle un marco a las discusiones de temas áridos como la nueva constitución, la acusación constitucional, la asamblea constituyente, y así ayudar a entender el marco constitucional en el que nos estamos moviendo”, cuenta Fernando, ya que opina que “estamos todos perdidos en eso”.
Respecto a la subjetividad de la movilización social, Guzzoni rescata el aporte de la psicóloga Constanza Michelson: “La Constanza decía ayer algo súper bonito que traía un concepto desde la psicología clínica, el Paso al acto, que tenía que ver cuando uno se queda sin palabras, y no puede verbalizar lo que pasa por el cuerpo. Vemos que hay gente que está precisamente sin lograr desentrañar este cúmulo de cosas en este momento, en que confluyen tantos vectores, y lo que hace es moverse y tratar de identificarse con otro”, comenta.
Desde ahí se plantean repetir el coloquio este domingo. “La gente está buscando generar un espacio para discutir, y encontrar pares para seguir conversando”, cree Fernando.
Todo Concepción caceroleando
“Hubo un cambio en la sociedad que tenemos que reestructurar desde los vínculos barriales”, piensa Camilo Riffo, miembro de la Junta de Vecinos Parque Ecuador Norte, del sector centro de Concepción. “Eso construye una nueva forma de relacionarse, y luego es el estado y los gobiernos los que van a tener que adecuarse, ya no desde una imposición, sino desde nosotras y nosotros, y nuestro día a día”, dice.
Camilo Riffo ha participado en las asambleas penquistas surgidas a propósito de la movilización nacional. “La semana pasada, de miércoles a domingo tuvimos asamblea todos los días, partimos con una, después nos separamos en barrios, y desde ahí hemos organizando distintos lugares”, explica Camilo. El día domingo, funcionaron simultáneamente ocho asambleas y cabildos, desprendidos de esta primera asamblea.
El cabildo de su sector se realizó en el mismo parque, y se escuchó fuerte la exigencia de una nueva constitución. “En la asamblea donde participé se habló de la asamblea constituyente como un elemento clave para resolver varios de los problemas que tenemos, que no se pueden cambiar con esta constitución. En un segundo plano la búsqueda de la dignidad, y por último el tema de los DD.HH., que ha sido muy preocupante por todo lo que hemos vivido, y que dentro del análisis salió que es el sistema al que estamos acostumbrados, y que nos vulnera nuestros derechos humanos de otra forma, no solo con los militares”, cuenta Camilo.
El lunes nuevamente se convocó a una asamblea, y el jueves convocarán a una once con niños y niñas, “principalmente para no estar solo dependiendo de lo que hagan o no desde el Estado, porque sabemos que el gobierno es el responsable, por muchos cambios de gabinete que se hagan, y también porque valoramos estar organizados como vecinos”.
“También termina siendo importante que siga la movilización, para lograr las demandas concretas e inmediatas que se requieren para vivir en un país más digno”, termina, mientras de fondo se escuchan bocinazos y caceroleos.
Entre trabajadores y familia
La productora Fábula convocó a su propio cabildo entre amigos, familiares y compañeros de trabajo, para el que se guiaron con la guía que la CUT dispuso. “Los ciudadanos, queremos y necesitamos tener un rol más activo en la vida pública, y que nuestra participación no se limite a los procesos electorales, pero no encontramos esos espacios. Eso, sumado a la urgente necesidad de cada uno de expresar lo vivido, de poner su propia experiencia al servicio de la construcción de un relato común”, explica Ángela Poblete, directora del área de TV.
Durante el encuentro la palabra que más se repitió fue “dignidad”, “la necesidad de un país donde las personas tengan garantía de tener una vida digna. Y eso se repitió en todas las mesas y había un consenso generalizado”, explica Ángela, además de exigir esclarecer “las responsabilidades en relación a los atropellos a los Derechos Humanos”.
“Ojalá sea posible involucrar a la ciudadanía en procesos de participación que sean vinculantes. Eso permitiría organizar la convivencia, recomponer el tejido social. Implica renunciar a cuotas de poder, pero es fundamental para el fortalecimiento de la democracia, y las personas lo están pidiendo con fuerza. Desde las calles, los cabildos y todas las formas de manifestación que hemos vivido”, comenta Ángela quien cuenta que planifica un grupo de estudio de la Constitución, “para entender en profundidad el debate que viene”.
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¡A levantar la democracia popular!
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MAGIA DEL KAOS
Día 17: ésto no va a parar así tan fácilmente
En cierto sentido, Chile ya cambió. Las plazas vuelven a llenarse de gente, las conversaciones vuelven a llenarse de sentido y posibilidades. La organización popular, desde abajo, sigue creciendo y expandiéndose, formando las raíces y micelios de nuevos mundos presentes.
Así como en este país todo lo cobran a la población, implacablemente, ya es hora de cobrarle a las élites. Y que paguen. Se acabaron los perdonazos.
Los supuestos representantes de los Chilenos, ganan 40 veces más que el sueldo mínimo, y cuándo se les preguntó en un reportaje, la mayoría, como Karla Rubilar, no sabían cuánto valía el pasaje del metro, ni sabían cuánto vale un kilo de pan.
Solamente los gastos de la “dieta parlamentaria” son 30 veces más que el suelo mínimo.
De hecho una sola silla en la que se sientan a almorzar los señores dignatarios, equivale al sueldo mínimo, por no decir las mesas en que comen.
La policía en Chile, tal como fue hecho público recientemente gracias a Anonymous, tiene una constante vigilancia de una masiva cantidad de dirigentes sociales y comunitarios. Básicamente, defendiendo los intereses de las élites de especuladores y capitalistas financieros.
Tal como toda la institucionalidad del país, instituida durante la dictadura militar. Tal como la bancada de derecha en el parlamento, quienes colocaron tras los primeros días de militares en las calles, y los respectivos muertxs, desaparecidxs, torturadxs, violadxs, carteles en sus puestos en el congreso con el número de supermercados saqueados y quemados. Como para quienes no les quedaba claro qué les importa más, dónde están enfocados sus intereses e intenciones.
Tanto la policía como los militares, reciben beneficios y privilegios análogos a los de la clase política y las élites económicas. Tienen aseguradas jubilaciones millonarias, gracias al Estado, así como una previsión de salud que cubre sus gastos, a diferencia del resto de la población, que tiene acceso a una salud y jubilación miserables.
Junto con todo esto, trasnochados grupos fascistas y paramilitares como Patria y Libertad anuncian su retorno, mientras otros como el Comando Rolando Matus, vuelven a actuar sin anunciarse mayormente. Nunca está demás recordar que en las versiones originales de tales agrupaciones, participaron personajes aún presentes en la política como Carlos Larraín o Francisco Vidal. No es sorprendente, para cualquiera que vea la casta política desde aún antes de la dictadura, como los nombres y los apellidos se repiten una y otra y otra vez.
Hasta ahora, todas las medidas del gobierno, han seguido la misma dirección que hasta antes de la revuelta. Siguen queriendo hacer pasar gato por liebre. Siguen creyendo que pueden usar a su favor todo lo que sucede.
Han quedado en evidencia, gracias a la revuelta. Los señores y señoras parlamentarios, los honorables dignatarios, apenas se dignan a acudir al congreso un par de veces al mes o al año, y además tienen la bonita costumbre de retirarse en grupo de la sala cuando se votan leyes que no les parecen. La ley de rebaja de la jornada laboral, llevaba quién sabe cuántos años en el congreso, fue repentinamente aprobada en un día, tras las revueltas. El proyecto para reducir la dieta parlamentaria, lleva años estancada, como la mayoría de los proyectos de ley, salvo los que benefician directamente a los grandes inversionistas y especuladores. Que son quienes financian las campañas políticas, además de los arreglines por debajo.
Recordemos una vez más el sueldo bruto de los parlamentarios: más de 9 millones de pesos al mes. El sueldo líquido de un senador está alrededor de los 6 millones de pesos en promedio. Esto sin contar los millones en “beneficios” y “regalías” asignadas para gastos de transporte, hospedaje, arriendo de oficinas, planes de telefonía y televisión, bencina, asesorías externas y personal, alcanzando unos 20 millones de pesos extra, en el caso de senadores, y unos 11 millones para diputados. Obviamente, todos estos millones fueron asignados por los propios honorables señores parlamentarios.
Así como también han quedado en evidencia los señores carabineros, reprimiendo cualquier reunión en todo Chile, con sus gases, atacando a educadoras parvularias que hacían una ronda, atacando las congregaciones de todo el fin de semana, de hasta un millón de personas nuevamente en Santiago, atacando a los grupos de manifestantes que marcharon desde la quinta región hasta la capital apenas llegaron, además de todas las violaciones, torturas y asesinatos. Así hasta en las pequeñas ciudades y pueblos de todo el país. Todxs lo hemos visto con nuestros propios ojos, lo hemos sentido en carne propia, ninguna pantalla ni propaganda puede ahora engañarnos.
Que un parlamentario declare: “hemos presentado una propuesta para que nos vayamos todos”, sigue siendo parte del circo; nadie cree que vaya a prosperar tal propuesta. El presidente de la Cámara de Comercio parece más sincero cuando dice: “”vamos a llevar al país al abismo. Entonces yo diría que el lunes es clave. No hagamos tantas manifestaciones si ya está claro el punto. No más manifestaciones. Trabajemos”, y “Si el lunes no volvemos a la actividad habitual, sonamos.” El miedo que siempre acompaña a las élites, sale a relucir, queda en evidencia gracias a la revuelta. Mientras tanto, el señor José Piñera Echeñique, creador de las afps, y el nuevo código del trabajo, declara impávido: “Es la hora de que todos salgamos a defender con ardiente entusiasmo tanto el modelo económico de la Prosperidad q ha reducido la pobreza de 50% a 8% como la Constitución de la Paz respaldada por el 90% de los chilenos en el plebiscito de 1989, Viva Chile”. Además de comenzar citando a Manuel Rodriguez. Bueno, algunos tal vez se darán por enterados cuando su cabeza ruede por la alameda. Ya vaaan a ver, ya vaaaan a ver…
Habría que ver que opinaría el señor José Piñera Echeñique, si lo visitan en su casa unos cuántos miles de ciclistas como le sucedió a su hermano menor, el presi, introductor de las tarjetas de crédito, hoy domingo 3 de Noviembre.
La historia como suele decirse la escriben “los vencedores”. En Chile la historia oficial plantea la historia del país como la actividad de las élites y plutocracias. Y “el bajo pueblo”, los “grupos subalternos”, las “masas”, simplemente juegan un papel pasivo, sin ninguna iniciativa ni acción determinante a lo largo de la historia del país.
Pero cualquiera que no viva entre plutócratas, sabe que no es así la realidad.
Desde los años 80s sobre todo, han habido académicos e historiadores que han trabajado para rescatar la historia popular, la historia de quienes no salen en los libros de historia, y son la gran mayoría de la población.
Cuentan que varias veces ya en la historia de este país, las poblaciones y comunidades han alcanzado un nivel de organización, una potencia de tejido social, que ha dejado de lado al gobierno, y planteado su propia asamblea constituyente y su propia constitución. Muchos mejor elaboradas que cualquiera de las constituciones diseñadas por militares varios, de Portales a Pinochet, y legitimada por traidores varios de las castas políticas.
Las comunidades elegían a través de asambleas abiertas, entre sus vecinos a representantes, que se reunían con los representantes de las demás comunidades, enviados con un mandato explícito, no a hacer lo que quisieran, sino a llevar un mandato de las comunidades, tal como el mandar obedeciendo Zapatista, pero ya en los 1820. De no llevarlo a cabo, su cargo era revocado, y volvía a su comunidad a enfrentar un juicio popular. Así sucedió en 1822, en 1925, así creció también en los 70s el llamado poder popular. Un grito que aún resuena en las calles, crear, crear, poder popular. Los cordones industriales, donde los obreros autogestionaban las fábricas, y se organizaban con las demás industrias y fábricas, los comandos comunales que organizaban las comunas, se encargaban por ejemplo de la distribución de alimentos, saboteada por los comerciantes, o los consejos campesinos, donde los campesinos organizados, apoyados también por obreros y estudiantes, se tomaban los fundos de los terratenientes, que huían aterrorizados de los rotos y los patipelados.
Todas estas experiencias fueron traicionadas por la clase política y por los militares, de Portales a Pinochet. Pero la experiencia no se olvida tan fácilmente. Pasa subterránea por la sangre, corre por debajo de la historia y la amnesia oficial, se rebela desde los cuerpos ante la inscripción con sangre y balas de los nuevos órdenes. La experiencia de la traición y las masacres perpetradas también por la policía y el ejército, tampoco están olvidadas. Se vuelven un aprendizaje más, en la memoria y saber colectivo. Ya no volveremos a caer en esos trampas.
Los pueblos, como las familias, arrastran traumas que se repiten, una y otra vez, a través de las generaciones. La historia queda marcada de episodios arquetípicos, como mitos que vuelven siempre a la mente colectiva, que quedan inscritos con sangre y en la sangre, en la tierra misma. Se cae repetidamente en viejos conflictos, tal como en las vidas individuales, al no superar de raíz los traumas.
Es hora de aprender de nuestras historias y romper el círculo.
Recordamos el levantamiento de Freirina, ante la situación invivible de tener como vecinos a Agrosuper, y la represión asquerosa de fuerzas especiales. Recordamos el levantamiento en Aysén, y recordamos el levantamiento en Chiloé.
Recordamos los meses y meses de protestas y ocupaciones el 2011, comenzando por el rechazo masivo al proyecto de HidroAysén. Recordamos que el gobierno aplicó la misma sordera, el mismo apelar al desgaste de la gente, durante meses y meses
Recordamos las revueltas de lxs estudiantes secundarixs del 2006, las tomas de liceos y manifestaciones. Las traiciones y ataques del gobierno entonces, a lxs estudiantes organizadxs.
Recordamos el movimiento feminista que sacudió el país entero, con tomas universitarias y agitación constante, denunciando la misoginia y el abuso institucionalizado, durante todo el año 2018.
Recordamos el desastre vital en Quintero, provocado por las industrias y refinerías, donde las escuelas fueron evacuadas periódicamente debido a intoxicaciones masivas y nubes tóxicas, hasta que finalmente lxs estudiantes tuvieron que cerrar el año escolar antes de tiempo, porque están todxs ya enfermos. Toda la vida y posibilidad de vida destruida en una zona llena de humedales, parte de lo que llaman un corredor biológico, lo que podría llamarse también un lugar de espíritu, o poder, o sagrado.
En verdad parece que las élites tratan a Chile entero como una zona de sacrificio, y a su población como un sacrificio, excepto claro, sus lugares de veraneo, sus lagos privados, y demás. Los viejos patrones de fundo, conservan sus viejos hábitos.
La memoria nos permite orientarnos hacia el futuro. Hacia dónde se proyectará toda esta potencia de memoria y aprendizajes acumulados como tal vez nunca antes en nuestra historia.
Recordamos las traiciones de la concertación y la transición a la democracia, su legitimación de la constitución y el modelo económico impuestos en la dictadura bajo el terror de estado.
Recordamos las luchas en la década de los ochentas, recordamos las persecuciones, los asesinatos, las desapariciones, la tortura. Y también las barricadas, las ollas comunes, las jornadas de revuelta contra el tirano, la solidaridad viva.
Para una sanación de las heridas abiertas por 17 años de dictadura militar, necesitamos lograr transformar el modelo económico y político heredado del régimen, y legitimado y gestionado por la supuesta democracia. No hay sanación posible dentro de los confines del mismo sistema, con la salud, la educación, las jubilaciones, los políticos, instituidos en la dictadura.
Rompemos el círculo vicioso de la historia
Dentro del torbellino de los acontecimientos en que devenimos, está bueno también, dar un paso atrás y mirar desde una perspectiva más amplia, más global, la situación presente. Recordamos en estos días, haber leído ya hace años, en una biblioteca comunitaria de un cerro vecino, un texto que analizaba un informe de la otan.
Así como no debemos perder de vista el panorama general, y puntos clave como los acuerdos del TPP-11, también podemos considerar esta publicación de la OTAN y ver entonces que lo sucedido entra dentro su programa publicado ya el 2003, “Urban Operations in the Year 2020”, que planea la normalización de la presencia de ejércitos en las calles de las grandes ciudades, con miras a las futuras revueltas. El gobierno aprovecha (y aumenta) las circunstancias para experimentar con el control militar de la población dentro de las ciudades. Tal como les han entrenado durante décadas, por ejemplo, en la base militar Estadounidense en Concón. Cualquiera puede leer el propio informe y enterarse de todo lo que está dentro de sus programas.
Las opiniones racistas decimonónicas del tipo “esto no pasa en países desarrollados, o ésto no pasa en Europa, en el primer mundo”, etc. son fácilmente contrastables con los hechos. Los estados de emergencia decretados a lo largo y ancho de la Italia de Berlusconi a partir de excusas baratas y con todo el despliegue mediático para hacerlos ver como algo positivo para los ciudadanos, los estados de emergencia decretados en Francia ante las sucesivas olas de protestas, etc.. Para qué decir Estados Unidos, desde el Patriot Act.
Supuestamente terminado ya el “estado de emergencia”, la policía continúa la labor de los militares en las calles, impidiendo que la gente se reúna en todo Chile. En Viña del Mar, la policía, conocida como pacos culiaos, o pacos conchetumare, sube al metro local (la policía no paga su pasaje en el transporte público por ley), y revisa los bolsos y bolsas de la gente. En San Antonio, una velatón por los muertos, frente a un monumento a los detenidos desaparecidos, es atacada con bombas lacrimógenas, tal como en el resto del país, mientras salen a la luz denuncias de detenciones por civiles, palizas, ejecuciones simuladas, tortura y violaciones. De todo el país, siguen llegando las noticias de dirigentes estudiantiles y sociales siendo secuestrados por la policía de civil y uniformada, en la calle o en sus propios domicilios. Tanto miembros de la cruz roja, que atienden a lxs heridxs en las calles, como miembros del Instituto Nacional de Derechos Humanos, han sido baleados y atacados por la policía. Lo que se considera un “crimen de guerra”(sic).
Dentro de los miles de heridos, hay casos como el de “Germán Muñoz, quien fue herido con 58 perdigones, luego de ser detenido por funcionarios de Carabineros de la 26 comisaría de Pudahuel (cuando él retornaba de su trabajo 5 de la tarde). Al comenzar el toque de queda lo dejaron en libertad y le de dieron unos segundos para salir de la comisaría. Mientras Germán corría asustado para retornar a su domicilio, un Carabinero cargó su arma y le disparó. German es de profesión Chef y fue herido en todo el cuerpo y en su brazo. Los médicos le diagnosticaron daño renal producto de los impactos y lograron sacar 4 perdigones indicando que tendrá que vivir el resto de su vida con estas municiones.”
Ante las evidencias de carabineros aspirando cocaína, representantes salen diciendo ante las cámaras que se trataba en realidad de mentholatum. Sin comentarios.
Por otro lado, muchos de los supuestos muertos en incendios de supermercados han resultado tener evidencia de disparos en sus cuerpos. Una práctica ya conocida en la dictadura.
Mientras tanto, el presidente felicita el desempeño de las fuerzas armadas y la policía y da una cena para los pobres policías heridos, generales de carabineros señalan cosas como que “acusar a los carabineros de violar los derechos humanos, me parece, que viola un derecho humano, de los carabineros”, el comandante en jefe del ejército declara sentirse muy orgulloso.
Meen-to-laaaa-tum!
Un médico se ofrece a reemplazar gratuitamente los ojos de quienes puedan acercarse a su zona en Los Ángeles. Más de 120 personas han perdido un ojo por balines y perdigones disparados por la policía.
Ante toda la violencia institucional desatada, desarrollar la autodefensa en nuestros barrios, comunidades, agrupaciones, parece tanto o más necesario que apelar a la supuesta justicia de las mismas instituciones.
Más trascendente que el hecho que se haya quebrado en mil pedazos la imagen país en el ámbito internacional, es que se ha quebrado también en la propia población. Que se sigan rompiendo los hechizos del poder.
Somos una fuerza que sigue creciendo. Hay toda una forma de ver y sentir, de entender y de hacer, que sigue creciendo como fuerza, como potencia viva, como capacidad de afectar el curso de los hechos. Somos un gigante despertando. Y ya no creemos sus mentiras, ya no perpetuamos la desesperanza aprendida, ya nos vamos dando cuenta que podemos vencer. Ya no nos vemos a través de ojos ajenos, hemos vuelto a encontrarnos. Ya nos miramos distinto. Seguimos descubriendo nuestra fuerza. Este afafán sigue creciendo, recién comienza, se expande por todos los territorios, remece y estremece todos los cimientos, eriza nuestra piel colectiva.
Nuestra verdadera fuerza es la que surge de nuestro compartir y de nuestro organizarnos. Cuando la fuerza de nuestro compartir crece y supera la fuerza de las dependencias que nos atan, superamos los obstáculos, abrimos camino. Las fuerzas opuestas a nuestra liberación cuentan con nuestra separación, nuestras dependencias del capital, y la indefensión aprendida.
Nuestra fuerza se abre camino a través de formas de vida y comunidades, a través de relaciones y valores diferentes a los del capital. Se abre paso a través de nuestro entretejimiento por todos los territorios.
La economía actual gestiona nuestra separación, nuestro control y alienación. Destituirla desde la escala más pequeña, organizarnos en torno a nuestras necesidades concretas, compartir de otras maneras, nos permite seguir creciendo como fuerza colectiva.
Toda lucha contiene semillas y visiones del futuro. Cambia la forma en que la época sueña su porvenir. Cambia los rumbos de la historia.
Mientras del lado del gran capital, se utiliza a Chile como su laboratorio de pruebas, frente a los conflictos que ya llegan, de nuestro lado, desde abajo, y por todas partes, volvemos a despertar y levantarnos, seguimos de pie planteando otros futuros. La legislación de las aguas en la constitución chilena, es un aviso de lo que se quiere imponer a nivel global, así como el acaparamiento de las fuentes de agua, amparados en su marco legal ilegíitimo. Chile es pionero en ese sentido, privatizando a perpetuidad los derechos y el uso del agua, así como también privatizando la propia Mar, en manos de 7 familias. Los acaparamientos de tierras fértiles, ante la perspectiva de futuros desabastecimientos de alimentos y hambrunas masivas, crisis alimentarias y del agua, es otro aspecto de la situación.
Cualquier perspectiva de mejorar nuestros futuros y nuestras condiciones de vida, tiene que pasar necesariamente, también, por centrarse en el tema de cómo nos alimentamos, de nuestros medios de nutrición, y cómo nos relacionamos unxs con otrxs y con los territorios que habitamos. Mientra sigamos dependiendo de supermercados y grandes cadenas de tiendas, los señores como Paulmann seguirán enriqueciéndose y controlando la política.
Ante proyectos como el TPP-11, con sus tribunales ad-hoc, donde las empresas multinacionales pueden demandar a los estados por “competencia desleal” y absurdos por el estilo, si éstos no les dejan saquear sus territorios, o si subvencionan empresas estatales, en vez de subvencionar a las empresas privadas, etc, tenemos que seguir organizándonos tomándolo en cuenta. La nueva legalidad transnacional está hecha a la medida de las corporaciones, de hecho fue dictada y escrita por las corporaciones, para colocarles por encima de los estados-nación. Incluyendo aspectos como las aguas, la salud, el uso de internet, y otro largo etcétera. No podemos olvidar esto y el marco global, en nuestro intento por realizar una nueva constitución para el país.
Seguimos creciendo, seguimos aprendiendo de las experiencias de nuestrxs ancestrxs. Nadie en estos territorios ha de olvidar la lucha del pueblo Mapuche, un pueblo irreductible, que nunca se ha rendido, en 500 años. Ahora que tantxs han vivido en carne propia el trato diario que reciben los Mapuche en las tierras que les han robado, podemos compartir y empatizar más. Las naciones originarias de todo el continente, inspiran y guían las nuevas luchas. Dejemos como ellxs, de depender de las instituciones del capital y sigamos el rumbo de nuestra libertad. Lo que antes parecía imposible, es ahora posible.
Mañana lunes, día 18, nuevo paro nacional total – 3-11-2019.
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“Frente a la evidencia de la catástrofe, están quienes se indignan, quienes denuncian, y quienes que se organizan. Estamos del lado de quienes se organizan” (Llamamiento, anónimo)
Vamos por todo. Mientras siga todo igual, no volverá la “normalidad”.
Es la constitución misma del país, la que instituye desde su base todos los problemas y conflictos que afectan hoy a la población. Por eso hay que cambiarla por completo, hacerla de nuevo. La constitución de 1980 fue diseñada por las élites económicas para asegurar su posición “a perpetuidad”, así como 7 familias son dueñas del mar “a perpetuidad”, o reducidos grupos son dueños de todas las aguas potables del país, “a perpetuidad”, gracias a esta constitución. Y fue impuesta al país a través de un plebiscito falso, bajo el amparo y la amenaza de los militares. Por eso hay que cambiarla por completo, hacerla de nuevo, y llevarla a cabo de otra manera, desde abajo.
La efervescencia explosiva popular, que ya va para las 3 semanas de constante agitación, no alcanza para cambiar un país. Las peticiones y reclamos, la exposición de nuestros conflictos y miserias cotidianas, no tienen mayor poder político, mientras las decisiones reales sigan estando en manos de los mismos pocos. No es difícil darse cuenta que no van a sufrir un súbito ataque de conciencia y remordimiento, y cambiar radicalmente su posición, por más que salgan un millón de personas a la calle. Por lo demás, son expertos en “negociar” y en arreglines.
Mientras sigamos dependiendo de las mismas instituciones y grandes mercados, que causan los problemas, y ellos mismos lo sepan, nada cambiará.
Todo este hermoso movimiento tiene la gracia de abrir la oportunidad, de crear los espacios y momentos, para que la propia población vuelva a articularse, a organizarse y a deliberar por sí misma. El cambio está en los barrios y en las plazas, en los lugares que habitamos, no en ir a pedirle al congreso o a la moneda que resuelva los problemas que ellos mismos gestionan y administran para su beneficio privado. El cambio depende de nosotrxs mismxs.
En cierto sentido, el señor ministro de interior, no deja de tener razón cuando declara que ahora es el tiempo de la “buena política”. Lo que el caballero claramente no comprende, es que ahora es el tiempo de otra forma de entender y practicar lo que hemos llamado política. La política no en las cúpulas ni en las castas de “políticos profesionales”, sino la política en los barrios, las calles, las plazas, las casas, entre las poblaciones y las comunidades. La política de vuelta a la vida cotidiana, no como una esfera separada, propia de expertos y especialistas..
Ahora es el tiempo de recuperar nuestras vidas en nuestras propias manos, y aprender colectivamente a desligarnos cada vez más de las dependencias que nos oprimen, explotan y esclavizan..Esto no pasará de un día para otro, ni gracias a una decisión suprema.
El neoliberalismo lleva al extremo la metafísica y política liberal; la absurda concepción de la “libertad” como un asunto “individual”, como base de toda una mentalidad. La capitalización individual de todos los aspectos de la vida; sálvese quién pueda. La desintegración de toda la vida misma, siempre común, en sectores y secciones parciales, disociados. La mercantilización de todo. Todo esto ha llegado a su agotamiento, ha llegado a dejar en total evidencia el desierto que propaga.
El no estoy ni ahí, ya no va más.
No es por nada que no hay ningún partido político ni representantes dentro del movimiento, no es por nada que no hay dirigentes ni conductores que se apropien de la revuelta. Es parte del aprendizaje común.
La memoria colectiva ha ido madurando por abajo, fuera de los voladores de luces y las representaciones, ha ido creciendo por sí misma en el cuerpo social.
La crisis de los valores neoliberales, ha alcanzado, como su modelo mismo, todos los aspectos de la vida. Vivimos no sólo una crisis política, sino ética.
La mayor deuda es la deuda histórica de las élites con el resto del país. La mayor bancarrota es la bancarrota ética total de toda la así llamada clase dirigente.
Cuando nos acercamos a 50 años desde la victoria histórica de la Unidad Popular, la memoria colectiva ha madurado hasta el punto en que a todos nos cayó la ficha, ya todos cachamos el mote. La escurría sigue siendo gratis, afortunadamente.
Todo ésto que ha pasado, 18 días de revuelta, ha sido completamente autoconvocado. Sigamos así. Como han dicho las calles, volvamos a creer en nosotrxs mismos y dejemos de creer en las autoridades.
El camino es nuestro, y lo hacemos al andar
Si bien nadie podía predecir cuándo y cómo iba a explotar todo ésto, nadie podía ignorar que iba a explotar, más temprano que tarde.
Ya hemos dado el primer paso, ya rompimos la inercia. Ahora es cuando. La desobediencia se ha vuelto colectiva.
Volvamos a tejer la vida como un todo. La política y la economía no son aspectos separables, involucran cada decisión cotidiana. Volvamos a aterrizar y a recuperar en nuestras propias manos, todo lo que nos han robado, disociado y alejado, todo lo que han pretendido “representar”, todo lo que han querido individualizar. La enfermedad es colectiva; la vida, la liberación y la sanación también.
Sigamos construyendo nuestros propios medios, de comunicación, de nutrición, de vida.
Los valores neoliberales, permean toda la cultura, toda la sociedad, la rentabilidad y el lucro como medida de toda actividad, de toda relación. El mercado, controlado por las grandes corporaciones transnacionales, no puede seguir dictando exclusivamente lo que tiene valor o no en la vida, y cómo podemos o no vivirla. Sin un cambio práctico de nuestras relaciones y acciones, de nuestros valores comunes, de nuestra manera de comprender, nada cambiará realmente. Esto ya está en marcha. Ya está creciendo como una fuerza colectiva. Es el momento. Sigamos saltando los torniquetes que el capital ha impuesto por todas partes, entre nosotrxs y nuestras propias vidas.
Todxs podemos aprender de los estudiantes secundarixs, que siguen creciendo y avanzando como fuerza común, como visión compartida, como realización presente. Así como podemos seguir aprendiendo de todos los pueblos ancestrales, que siguen resistiendo, reexistiendo, brotando tras siglos de guerra en su contra.
Sigamos unidxs. Si paramos a nivel nacional, es porque se abren nuevos espacios y tiempos, nuestros. Nos paramos y nos damos el tiempo, para cambiarlo todo.
Vamos que se puede ctm
“Situamos el punto de no retorno, la salida del desierto, el fin del capital, en la intensidad del lazo que cada unx logre establecer entre lo que vive y lo que piensa.” (Llamamiento, anónimo)
4 de Noviembre de 2019
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Radio Evasión
Informe radial y entrevistas realizadas por CrimethInc. en inglés y en castellano.
¡QUE SE VAYAN TODES!
Fuentes: 1) El Desconcierto 2) Theclinic 3) Caracol 4) Magia del Kaos