En el marxismo, el concepto de negación de la negación tiene una historia accidentada. La frase tiene un lugar destacado en el floreo con el que concluye el volumen I de El capital (1). Más tarde, aparece como una “ley dialéctica” en la codificación de Engels (2). Cuando Stalin resume la ortodoxia marxista, la negación de la negación queda al margen. Aquí, no comparto el concepto de Engels de las leyes dialécticas –un concepto que considero vacío-. Mi comentario despectivo respecto de las leyes dialécticas no pretende ser un menosprecio de la dialéctica per se. Cuando Debord estipuló que la teoría crítica se expresa a sí misma en el “lenguaje de la contradicción”(3), estoy en enfático acuerdo con sus palabras.

Este artículo aborda la negación de la negación mediante el examen del contexto de la expresión en el volumen I de El capital. En El capital, sugiero, Marx no escribe como un historiador social. No hace ningún intento de presentar un abordaje matizado de este o aquel grupo social. Más bien, pone en foco una situación social generalizada donde predomina el modo de producción capitalista. La situación es una donde, después de una secuencia de jornadas laborales, el productor no tiene ninguna alternativa sino la de presentarse a sí mismo o a sí misma en el mercado de trabajo una vez más (4). El interés de Marx está en la contradicción o contradicciones que entraña esta situación.

Las contradicciones son dos, desde el punto de vista de Marx. La “primera” es la “negación de la propiedad privada individual, fundada en el trabajo propio” (5). La segunda es la “negación de la negación” (6). Donde Marx se refiere a la primera negación o primera contradicción, tiene en mente la separación entre el trabajador y sus medios de producción que es fundamental para que la producción adopte una forma capitalista. Werner Bonefeld argumentó que, para el capitalismo, esta separación es un proceso continuo: es erróneo pensar lo que Marx denomina como “acumulación primitiva” como un evento sucedido de una vez y para siempre (7). La interpretación de Bonefeld, considero, está justificada; resuena en la dureza de la sociedad que Marx intenta describir. Si volvemos en este punto a Silvia Federici, una escritora feminista que jugó un papel central en la campaña por Salarios para el Trabajo Doméstico, encontramos una sorprendente confirmación de la afirmación de Bonefeld. En los años del neoliberalismo, el capital declaró la guerra contra la agricultura de subsistencia y generó un individuo que depende del mercado de trabajo –y del mercado en un sentido genérico (8). La “acumulación primitiva”, en otras palabras, sigue adelante.

Si la primera negación o primera contradicción es la generación de un trabajador doblemente libre (9), la segunda es una negación del sistema social basado en esta separación del productor respecto de los medios de subsistencia y de producción. La negación de la negación es la negación como acción revolucionaria. Es la negación de la dependencia de los productores respecto del capitalismo y donde tiene lugar el “libre desarrollo de todos” (10). Es cierto que, en este punto, una nota de triunfalismo entra en el escrito de Marx: Marx le dice a su lector que la negación de la negación ocurre “con la inexorabilidad de un proceso natural” (11). De la misma manera, en el Manifiesto comunista, caracteriza a la victoria del proletariado como “inevitable” (12). Dudo de que Marx haya intentado que estos floreos se entiendan de una manera literal. El Manifiesto, sin embargo, sigue una línea de razonamiento que da una justificación a conceptos como los de inevitabilidad e inexorabilidad. Aquí, Marx afirma que la industria moderna “remueve de debajo de sus pies” el propio “fundamento” sobre el que descansa. ¿Marx está aludiendo aquí a Hegel, quien en la Fenomenología argumenta que el amo depende de su reconocimiento como amo por parte del esclavo, mientras que los esclavos son, para los amos, sub-humanos e incapaces de brindar cualquier reconocimiento relevante? El punto de Hegel es que, si esto es así, el reconocimiento en entre un amo y un esclavo es “desigual y unilateral” (13). Si es “unilateral y desigual”, es inestable. Cuando Marx se refiere a la inexorabilidad, ¿está sugiriendo que, de una manera semejante, el capitalismo descansa sobre un reconocimiento auto-contradictorio? Sugiero que sí: tiene en mente esta línea de razonamiento hegeliana antes que la ley dialéctica engelsiana (14).

¿Tiene esta línea de razonamiento que argumento implicancias políticas? Mi respuesta a esta pregunta es que sí las tiene. Marx es, propongo, un teórico de la contradicción –como sostiene Harry Cleaver en su reciente Rupturing the Dialectic-. En El capital, se centra en el/la trabajador/a doblemente libre que debe vender su fuerza de trabajo si quiere comer. No hay nada necesariamente heroico ni merecedor de respeto en el proletario atrapado en la trampa de la fuerza de trabajo. Lo mejor que puede decirse de la política proletaria es que tal política es el movimiento de una contradicción (o contradicciones). La política involucrada está llena de sorpresas y no tiene nada de la certeza que promete darnos un programa socialdemócrata. No estamos describiendo a la clase trabajadora marchando hacia un futuro socialista con un político profesional en la furgoneta. Marx toma distancia respecto de semejante imagen (15). Si puedo acercarme al marxismo o a una teoría relacionada con Marx por un momento, advierto que es frecuente una distinción entre la “respetables de clase obrera” y la “rudos de clase obrera” en los escritores académicos que trabajan sobre la cultura de clase. Mi punto es que no hay poco o nada en Marx como para sugerir que los “respetables” manejan las cosas. En la actualidad, cuando la “economía de los trabajos esporádicos” [“gig” economy] y el empleo precario tomaron la producción en sus manos, La conocida distinción de Marx entre un “proletariado” y un “lumpenproletariado”(16) -que los lectores victorianos deben haber tomado con alivio- se volvió problemática por decir poco. Lo que Zibechi dice sobre Argentina, es decir, que la insurrección fue tanto “inesperada” como “espontánea” para “aquellas élites que no podían escuchar los sonidos subterráneos” (17) no se aplica solamente a América Latina sino al mundo entero.

Autor: Richard Gunn             

Fecha: Agosto de 2018

Traducción: Alberto Bonnet

Notas:

1 Marx, K.: El capital. Crítica de la economía política, México, Siglo XXI, 1991, vol. I, p. 967.

2 Engels, F.: Dialéctica de la naturaleza, México, Grijalbo, 1961, p. 41.

3 Debord, G.: La sociedad del espectáculo, Santiago de Chile, Naufragio, 1995, p. 122.

4 “si ignoramos el agotamiento de su fuerza de trabajo, emerge del proceso como entró en él, es decir como una fuerza de trabajo meramente subjetiva que debe someterse al mismo proceso una vez más si quiere sobrevivir” (K. Marx en Capital, Vol. I, Londres, Penguin Books, p. 1061. En mi artículo ¿Qué es el proletariado?, publicado online en Comunizar, enfaticé en la importancia de este pasaje.

5  Marx, K.: El capital, ed. cit., p. 954.

6  Ibidem.

7  Bonefeld, W.: “History and Social Constitution: Primitive Accumulation is not Primitive”, en Subverting the Present, Imagining the Future, New York, Autonomedia 2008, cap. 5 [véase W. Bonefeld: La razón corrosiva, Bs. As., Herramienta, 2013].

8 Véase, por ejemplo, S. Federici: Revolución en punto cero, Bs. As., Tinta Limón, 2016.

9  Tomo prestado aquí un término que emplea Bonefeld. Bajo el capitalismo, el trabajador es libre como un pájaro o doblemente libre –en el sentido de que él o ella no posee los medios de subsistencia y no posee el status social desde el cual puede reclamar por su subsistencia.

10  Véase Marx, K.: El Manifiesto Comunista, Bs. As., Herramienta, 2008.

11 Marx, K.: El capital, ed. cit., loc. cit.

12 Marx, K.: El Manifiesto Comunista, ed. cit.

13 Hegel, G. W. F.: Fenomenología del espíritu, México, FCE, 2004, p.

14 Para la argumentación que apoya de que afirmo, véase Gunn, R. y Wilding, A.: “Marx and Recognition”, publicado online por el Heathwood Institute and Press (www.heathwoodpress.com) el 12 de Mayo de 2015. Gunn y Wilding están preparando un libro que trata el reconocimiento como tema hegeliano y marxiano.

15 Para un pasaje en el que Marx se distancia de la socialdemocracia véase Marx, K. y Engels, F.: Collected Works, Vol. 10, p. 283. Este pasaje es parcialmente. Ver Grollios, V.: Negativity and Democracy, Londres, Routledge, 2017, p. 54.

16  Marx, K.: El capital, ed. cit.

17  Zibechi, R.: Territories in Resistance, Oakland y Edinburgh, A.K. Press, 2012, p. 76.