Richard Gunn y Adrian Wilding

En la siguiente nota breve nos basamos en una charla dada por Michael Heinrich en Erfurt el 24 de abril de 2018 y en su Karl Marx and the Birth of Modern Society: The Life of Marx and the Development of His Work, Volumen I: 1818-1841 (New York: Monthly Review Press, 2019).1 Los números de página sin referencia corresponden a este volumen.

Una nota sobre Heinrich

En el siglo veinte, las ediciones de los escritos de Marx fueron incompletas. Diferentes generaciones de marxistas y estudiosos de Marx se enfrentaron con diferentes ediciones de las obras supuestamente completas de Marx. La publicación de los escritos tempranos de Marx en los años treinta, por ejemplo, cambiaron dramáticamente la comprensión de su proyecto. Lenin y Luxemburgo simplemente no conocieron estas obras –ellos se encontraron con un Marx que aparecía como un cientista del desarrollo histórico y que daba pocas pistas acerca de su inspiración filosófica. Conocieron a un Marx que era crítico de la Filosofía del derecho de Hegel, pero no un Marx que podía haberse inspirado en el concepto revolucionario de libertad de la Fenomenología del espíritu de Hegel. ¿Podría suceder, especula un lector de Heinrich, que las imagenes parciales de Marx, especialmente durante el siglo veinte, hayan tenido implicancias histórico-mundiales? Esta pregunta es difícil de responder. Estamos lejos de contar con una biografía satisfactoria, pero se espera que la Gesamtausgabe (version 2) de Marx-Engels se complete en los próximos 15 a 20 años. Hasta entonces, la controversia continúa.

¿Cuáles son los temas actualmente controvertidos? Uno nos resulta especialmente significativo. Kohei Saito, quien examinó los cuadernos de notas científicas de Marx, concluyó que el último Marx no estaba a la búsqueda de una “concepción científica” o de una “filosofía de la naturaleza” (¿del materialismo dialéctico engelsiano?), sino que estaba interesado en el agotamiento del suelo bajo el capitalismo.2 Heinrich ofreció un fuerte respaldo a la obra vital de Saito.3 Tal investigación inaugura posibilidades fascinantes. El tema del agotamiento del suelo puede parecer periférico, pero si lo vemos como un ejemplo del insustentable modo de “metabolismo” (Marx) del capital con el mundo natural, entonces Marx puede tener mucho para decirnos acerca de nuestra actual crisis ecológica –y de su solución. Marx no aparece ahora como un abogado de una subordinación “prometeica” de la naturaleza con fines socialistas, sino como un escritor que vincula la sustentabilidad ecológica con la política emancipatoria. Habla con viva voz a los actuales movimientos por la justicia climática.

En parte, Heinrich nos reclama que debemos familiarizarnos con Marx y sus escritos de una manera detallada y confiable. Esta nota no aspira a reseñar Karl Marx and the Birth of Modern Society de una manera sistemática o comprehensiva. Y menos aún explora las afirmaciones de Marx. Subraya, en cambio, tres puntos en Heinrich que sería desafortunado que el lector pasara por alto.

El primero de estos puntos concierne a las poesías que el Marx estudiante escribió a su novia Jenny y a otras. Marx tomó muy en serio su auto-comprensión como un romántico y lo que queremos dejar en claro es que fue su lectura de Hegel la que lo condujo a dejar de lado tales concepciones. Heinrich especula que el pasaje de Hegel que lo distanció del romanticismo puede haber sido el pasaje sobre el “alma bella” 4 de la Fenomenología del espíritu. Un lector de Marx con inclinaciones románticas puede lamentar este distanciamiento, pero no hay dudas de que la figura en la que Marx se convertiría fue mucho más interesante que el escritor de poemas que había sido. Aquí ocurrió un innegable “viraje” en el pensamiento de Marx que nos parece más decisivo que cualquier supuesta “ruptura epistemológica” sucedida más tarde. El giro decisivo de Marx es hacia Hegel –hacia el joven Hegel revolucionario de la Fenomenología del espíritu– y no desde Hegel, como sostuvo Louis Althusser.

El segundo pasaje que queremos enfatizar concierne a los jóvenes hegelianos (como suele denominarse a los escritores en cuestión). “Consideraremos –afirma Heinrich (en la p. 267)- en qué caso podemos hablar de jóvenes hegelianos y viejo hegelianismo”. Todos probablemente hemos dicho –por ejemplo, en un contexto de enseñanza- que, después de la muerte de Hegel en 1831, sus seguidores se dividieron en las “escuelas” de los jóvenes y los viejos hegelianos (pp. 270; 272). Heinrich está lejos de negar que, en los años siguientes a la muerte de Hegel, algunos hegelianos fueron reaccionarios encubiertos mientras que otros teorizaron de una manera crítica e incluso revolucionaria. La cuidadosa obra de Heinrich debería ser bienvenida aquí, pensamos, porque deja de lado la pista falsa de las “escuelas” de pensamiento y echa luz sobre la política de la época. Revolutionary Recognition (London: Bloomsbury Press, January 2021) de Gunn y Wilding comparte esta comprensión del desarrollo de Marx que recomienda Heinrich.

El tercer pasaje es donde Heinrich se ocupa del tema de la continuidad o discontinuidad de las obras de Marx. Heinrich quiere seguir un camino entre las antes mencionadas afirmaciones de una “ruptura epistemológica” y de una completa continuidad. Ambas, sugiere, son erradas.5 En no menor medida que una simple continuidad en el desarrollo de Marx, la idea de una única “ruptura” que funda una “ciencia” marxista (como estipula Althusser) falla en reconocer cuán multiformes y enciclopéicos fueron los intereses de Marx. Hay numerosos virajes y desarrollos en los escritos de Marx. Nuestra propia afirmación es que no hay ni una mera continuidad ni una literal ruptura entre el Marx “temprano” y “tardío”. Sin embargo, cuando se considera al Marx que (después de su juventud romántica) ya se inclinó definitivamente hacia Hegel, la consistencia de su proyecto de vida se vuelve manifiesta. La pregunta entonces es la siguiente: ¿por cuál Hegel se inclinó Marx? Nuestra respuesta es que fue por el jóven Hegel, en cuya Fenomenología del espíritu aún se respiraba el aire de las revoluciones francesa y haitiana, y no por el Hegel tardío que en su Filosofía del derecho hizo las paces con las instituciones de un mundo ya-no-revolucionario. Nótese que leer a Marx junto con el joven Hegel produjo algunas de las interpretaciones políticamente más radicales de los últimos cien años (Lukàcs, Kojève, Sartre, Adorno, Fanon, para mencionar unas pocas), una tradición que nuestro propio libro Revolutionary Recognition intenta renovar y profundizar.

El libro de Heinrich es un renovador retorno a temas que muchos en la izquierda quisieran considerar como decididos desde hace mucho tiempo. Para los críticos de Marx y para los marxistas que ya se asentaron en su camino, el estudio de Marx debe ser un campo inquietante.

Notas

1 [NdT: aún no publicado en español, aunque existe una versión en portugués: Karl Marx e o nascimento da sociedade moderna. Biografia e desenvolvimento de sua obra. 1818-1841. San Pablo: Boitempo, 2018.]

2 K. Saito: Karl Marx’s Ecosocialism. New York: Monthly Review Press, 2017, p. 19.

3 Véase la contratapa de Karl Marx’s Ecosocialism.

4 G. W. F. Hegel: Philosophy of Spirit. Oxford: Clarendon Press, 1979, p. 383 [NdT: Fenomenología del espírituMéxico: Fondo de Cultura Económica, 1966, p. 382]. Nótese que el significado de la expresión “alma bella” es discutido en los estudios sobre Hegel. Algunos lectores lo toman como una referencia al amigo de Hegel alguna vez jacobino Hölderlin, algunos lo remiten a fuentes literarias como, por ejemplo, al Wilhelm Meisters Lehrjahre de Goethe (1795) o a La nouvelle Heloise de Rousseau (1761). En lo que hay acuerdo es en que se refiere a un tipo –que se retira de la acción ética o política y cuya actitud frente al mundo se caracteriza ya sea por la piedad auto-satisfecha o el anhelo impotente.

5 En la p. 28, Heinrich argumenta que “Marx siempre siguió múltiples trayectorias temáticas” de manera que la noción de una ruptura epistemológica (en singular) es demasiado cruda.


Diciembre de 2020. Traducción del inglés: Alberto Bonnet (@comunizar)


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