¡No es genocidio porque no son humanos!

David Wapner

Hace cinco días nos mudamos y anteayer entregamos las llaves del viejo departamento a sus dueños, ultra-ortodoxos de la secta Gur, cuyo partido, Unión de la Torá, es clave para sostener Netanyahu en el poder. Visten estos propietarios, padre e hijo, de negro y camisa blanca, cabello y barba pelirrojas los varones, los que dominan. Yo ya le había advertido al hijo que no me gustan ellos, su secta y su partido: por ellos este gobierno, y todos los anteriores de Netanyahu, estaba en el poder. No entiendo que me dice, yo no tengo nada que ver, responde. Al día siguiente nos damos cuenta de que dejamos olvidado un reloj. Los llamo, no responden. Ayer me encuentro al hijo en la calle, le digo lo del reloj. Aprovecha entonces para mandarme una chicana, “pensé que usted se iba de Arad, usted que nos nos soporta”. Se refería a que la ciudad ha sido copada por la secta, compran todos los días propiedades con dinero que les llega de USA y quien alquila una de esas viviendas debe mudarse, como nosotros. “Estoy pendiente de las noticias”, le respondo, “a ver si ustedes cumplen su amenaza de abandonar el gobierno”. Porque el gobierno pretende sancionar una ley para que los ultra-ortodoxos se enrolen en el ejército. Los ulta-ortodoxos se niegan a hacer el ejército, ellos están para estudiar la Torá, y eso los enemista de los laicos. Pero sin ellos la derecha y la ultra-derecha no podría nunca formar gobierno. Le digo:

–Renuncien de una vez por todas, así se acaba la guerra.

–¿Usted quiere que se acabe la guerra?

–Por supuesto, es un genocidio.

–¿Qué genocidio?

–¡Más de 60.000 masacrados, 20.000 niños!

–No es genocidio.

–¡Diez niños por día!

–¡No me grite!

–¡Genocidio!

–¡No me alce la voz!

–¡Genocidio! ¡Masacran niños!

–¡No es genocidio porque no son humanos!

–¡Es el mismo pensamiento que los nazis!

–¡Ellos son los nazis!

–¡Ustedes son los que masacran!

–¡Ellos son bestias, animales, no humanos, no hay niños ni mujeres! Dios, El Sagrado Nombre, la Torá dice…

–¡Nazis! ¡Se transformaron en Hitler! ¡Váyanse del gobierno! ¡Traidores!

El hombre se retira airado, no me va a devolver el reloj.

Laicos y ultra-ortodoxos se odian, pero coinciden en lo esencial: los palestinos son una entidad que es necesario eliminar. Sólo que los laicos exigen que los temerosos de Dios también se manchen de sangre en lugar de lavarse las manos.”

David Wapner es un escritor, poeta, músico y editor argentino que vive en Arad, Israel, desde 1998 donde se mudó por problemas de salud. 
Las ilustraciones son de Ana Camusso.


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